sábado, 17 de noviembre de 2018

RECURSOS INTERNOS CONTRA EL MIEDO “AL FUTURO” (REFLEXIONES PARA EL FIN DE SEMANA)

COMENZAMOS EL SIGLO XXI BAJO EL SÍNDROME DEL FAMOSO “EFECTO 2000” QUE OCUPÓ PÁGINAS Y PÁGINAS EN LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN DE TODO EL MUNDO SEMBRANDO LA INCERTIDUMBRE, LA INSEGURIDAD Y EL MIEDO EN LA MENTE DE TODOS LOS CIUDADANOS DE LA TIERRA A LOS QUE LLEGABA LA NOTICIA.

Se presentaba como una gran amenaza para la civilización, con problemas insalvables cuando los sistemas informáticos de todo el mundo llegaran a la fecha 00. Las noticias eran alarmantes y, puesto que todo nuestro mundo estaba organizado y dirigido por ordenadores, dibujaban un panorama en el que múltiples desgracias se producirían a partir del momento en el que el reloj marcase el primer minuto del 1 de enero del 2000.

¡Y pasó ese minuto, y el siguiente, y el siguiente…! Y aquí seguimos. Pero –como decía antes- aquel episodio marcó una tendencia que se sigue manteniendo por inercia:

LA SOCIEDAD CIVIL SOMETIDA A LOS DICTADOS DEL MIEDO. CUYA SEMILLA PLANTADA SIGUE SIENDO ALIMENTADA Y REGADA POR UN SISTEMA PERVERSO QUE SABE QUE UNA PERSONA CON MIEDO ES ABSOLUTAMENTE MANIPULABLE.

Hoy no hay efecto 2000 pero aquella amenaza ha sido sustituida por otras: las informaciones sobre el peligro de las tormentas solares siguen circulando libremente por las autopistas de las redes sociales… Los más alarmistas plantean un mundo en el que nada va a funcionar pues las interferencias que las emisiones del Sol causarán afectarán a los sistemas eléctricos, informáticos y de comunicación de todo tipo.

Y cuando hay una tregua en la generación de esas noticias nos llegan otras sobre bacterias (que algunos aseguran creadas en laboratorios) que causan enfermedad y muerte además de cuantiosas pérdidas económicas por las “medidas preventivas” que los gobiernos ponen en marcha para proteger a la ciudadanía.

O nos inducen –empleando campañas de información absolutamente sesgada- a vacunaciones masivas preventivas de males mayores que van a venir.

Además, tenemos el telón de fondo que nos muestra diariamente nuevas imágenes sobre la crisis económica que nos ahoga un poco más que ayer pero menos que mañana.

Y por si eso fuera poco las decisiones que toman los gobiernos y las instituciones, para dar respuesta a todos esos problemas planteados de forma abierta, NOS SUMEN EN UNA COMPLETA INCERTIDUMBRE, SORPRESA E INSEGURIDAD.


Los gobiernos –sean del signo político que sean- están sometidos a los intereses del mercado, a la rentabilidad del capital, a la especulación de los “valores” (que circulan de unas bolsas a otras buscando más dinero para los inversores). Y por si eso fuese poco, se inyecta dinero a las entidades financieras para seguir manteniendo un sistema que está condenado a morir.

Los servidores públicos (políticos) se han olvidado de que deben trabajar para la sociedad, que su trabajo y dedicación deben ir dirigidos a cubrir las necesidades humanas y no a pagar la deuda al Banco Mundial o al Fondo Monetario Internacional.

CABRÍA LLEGADO ESTE MOMENTO PREGUNTARNOS ¿HACIA DÓNDE VAMOS?

La mente humana es –en estos tiempos- especialmente inestable. Se ve sometida a los vaivenes de las emociones, a las presiones del exterior, a los retos que se le presentan a la persona –que son de una naturaleza desconocida- Todos los expertos y analistas de cualquier sector de la sociedad coinciden en que nos encontramos a las puertas de un cambio de proporciones inimaginables, tal vez comparable a la revolución Neolítica.

Los sistemas políticos, religiosos, económicos, científicos y de toda índole han hecho crisis y están abocados a una auténtica revolución. Y el problema es que como nunca se había producido una situación similar, los protocolos de actuación que se aplicaban antes ahora no sirven.

Una mente dominada por el miedo no encuentra salida a las dificultades cotidianas, no es capaz de generar soluciones, no accede al potencial creativo que toda persona lleva dentro… una mente dominada por el miedo sucumbe ante los problemas y entonces el desánimo, la desesperanza, la falta de confianza y la inseguridad medran a sus anchas generando somatizaciones que desembocarán en enfermedades tanto físicas como psicológicas.

PARA ELIMINAR EL MIEDO Y ALCANZAR LA ESTABILIDAD MENTAL ES PRECISO QUE EL SER HUMANO ENCUENTRE PUNTOS FIJOS QUE LE SIRVAN DE REFERENCIA. 

¿Dónde se pueden encontrar, entonces, esos puntos de referencia?

EN EL ÚNICO LUGAR POSIBLE, ES DECIR EN EL CORAZÓN DEL SER HUMANO PORQUE ALLÍ SE ENCUENTRA EL PROGRAMA DEL ESPÍRITU QUE ES INAMOVIBLE POR DEFINICIÓN.

Para afrontar todos los miedos que aparecen y seguirán apareciendo ensombreciendo nuestra vida cotidiana es necesario volver la vista hacia el interior y buscar apoyo en las referencias que se encuentran en el corazón del ser humano. Y eso se puede hacer en dos fases:

EL PRIMER PASO es buscar en el cofre de los valores internos Es importante, que cada ser humano sea consciente de sus valores, del marco ético que rige su vida y que va a condicionar su manera de entender la realidad, sus relaciones y su escala de valores. Y es que a pesar de todos los condicionantes el ser humano tiene intactos sus valores intrínsecos: la libertad, la verdad, la justicia, la paz y el amor. Estos valores sólo se pueden generar desde el corazón.  
EL SEGUNDO PASO es la identificación de sus recursos internos, de las capacidades y habilidades que hemos ido acumulando a lo largo de nuestra experiencia de vida para echar mano de ellos y utilizarlos para responder a las demandas y retos que se nos presentan. 

Cada vez más personas, en cualquier lugar del mundo, empiezan a demandar más transparencia y participación en las cuestiones que incumben a su vida. Piden que su participación cuente y se escuche su voz.

TODAS ESAS DEMANDAS IRÁN EN AUMENTO PORQUE LA CRISIS SEGUIRÁ AGRAVÁNDOSE Y CRECIENDO Y ESO HARÁ QUE UNA MULTITUD DE SERES HUMANOS EN TODO EL MUNDO NO AGUANTEN MÁS Y LUCHARÁN POR UN MUNDO MEJOR FAVORECIENDO UN REPARTO JUSTO DE LOS RECURSOS QUE TENEMOS, ESO SI, SERÁN MOVIMIENTOS PACÍFICOS QUE TRATARÁN DE REVERTIR EL ACTUAL ESTADO DE COSAS A NIVEL PLANETARIO.


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