LA PEOR BARRERA Y EL MAYOR FRENO PARA EL SER HUMANO ES EL MIEDO, EMOCIÓN QUE SE ACTIVA DE FORMA AUTOMÁTICA Y QUE TIENE SUS ORÍGENES, EN NUMEROSAS OCASIONES, EN INSOSPECHADOS MOMENTOS EN LOS CUALES LO HEMOS SUFRIDO QUEDANDO GRABADO EN NUESTRO SUBCONSCIENTE SIN QUE TENGAMOS CONSTANCIA DE ELLO.
Miedos propios y miedos ajenos que nos han inoculado desde la infancia. Hay miedos de otros, de quienes nos rodean, pero que se han pegado a nosotros. No sabemos cómo ni por qué pero ahí están, acechando siempre y siempre dispuestos a demostrarnos lo débiles que somos.
Cuando sentimos miedo todo se paraliza o se nos revuelve o lo que es peor, se nos destroza. Nos empequeñece, nos anula, nos descoloca y con él encima solamente nos convertimos en una sombra oscura de difícil contorno. Dejando nuestra autoestima por los suelos.
Todos tenemos miedo a algo o a mucho. Unos lo reconocemos, otros no tanto pero, en cualquier caso, el miedo se hace presente cuando menos lo esperamos.
AL FIN Y AL CABO EL MIEDO ES “DESCONOCIMIENTO” Y COMO DESCONOCEMOS MÁS QUE SABEMOS ES NORMAL QUE SUFRAMOS EPISODIOS DE MIEDO A LO LARGO DE NUESTRA VIDA.
No hay más solución que hacernos amigos de él. Mirarle de cara, sentarnos a su lado, hacerle nuestro cómplice y con él de la mamo seguir adelante sin volver la cabeza atrás. Y adquirir el conocimiento necesario para que el miedo no tenga donde anclarse.
Hay que hacer las cosas que sean nuestros objetivos, con miedos o sin ellos. Hacerlas igualmente porque, la mayoría de las ocasiones el miedo se desvanece cuando comprende que no es poderoso, que no nos va a frenar de ninguna forma y que siempre pasaremos por encima de él.
Ser nuestro aliado le convertirá en la debilidad que quiere provocarnos. La losa pesada que pone sobre nuestra cabeza se convierte en humo ligero que sale rápidamente de ella.
RECUERDA A PESAR DEL MIEDO……. ACTÚA.
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