sábado, 12 de diciembre de 2015

LA SALUD Y LAS EMOCIONES. TRANSFORMAR EMOCIONES, NO SUPRIMIRLAS ES SALUD EMOCIONAL (REFLEXIONES PARA EL FIN DE SEMANA)

Algo que ya sabíamos desde hace muchos años, por fin en el momento actual son muchos los estudios CIENTIFICOS de diferentes ámbitos que lo dicen de forma clara, las emociones son un componente fundamental a la hora de enfermarnos.

Sobre todo aquellas emociones que jamás hemos verbalizado y llevan años trabajando en nuestro interior, como un síntoma silencioso que solamente tomamos conciencia de él, cuando acaba somatizándose en nuestro cuerpo físico.

LAS EMOCIONES son fundamentales para el estado de salud, los estudios científicos, determinan que el sistema nervioso central y el sistema inmunológico se comunican, esto quiere decir que las emociones y el cuerpo no están separados sino muy interrelacionados.

¿ALGUNA VEZ TE HAS PUESTO A PENSAR CÓMO INFLUYEN LAS EMOCIONES EN TU SALUD? Son pocas las veces que la mayoría de personas nos ponemos a pensar cuán impactantes pueden ser las emociones para nuestro cuerpo y nuestra salud.

TODOS DEBERÍAMOS TENER CLARO QUE LA CONEXIÓN MENTE-EMOCIÓN- CUERPO ES MUCHO MÁS FUERTE DE LO QUE PENSAMOS, pues nuestras emociones pueden ser determinantes a la hora de estimular la producción de ciertas sustancias que pueden influir en nuestra SALUD MENTAL, ENERGÉTICA, FÍSICA Y EMOCIONAL.

Cuando somos capaces de reflexionar sobre nuestras emociones negativas, a menudo la primera reacción que nos asalta es la de reprimirlas para que no afloren al exterior y comiencen a realizar los desastres que imprimen en la conducta emocional. Sin embargo, aprisionarlas no las evita, sino que las encapsula en una especie de estrato mortal que mina la salud de nuestra mente y del espíritu. La represión siempre causa estancamiento y parálisis en algún lugar del campo energético que nos anima y por lo tanto, afectará irremediablemente a los órganos y sistemas corporales que se nutren de él.

Las experiencias de dolor no procesadas sofocan y reducen la carga emocional positiva y esto conduce, sin remedio, a la disfunción cuerpo-mente. Durante toda nuestra vida hemos empleado gran parte de nuestra energía vital en suprimir las emociones y tenerlas almacenadas para librarnos de su carga negativa. Pero que no sean evidentes no significa que no existan. Que no actúen soterradas bajo los niveles pretendidos de positivismos, alegría o autoestima. Socavan conductos subterráneos de malestar comprimido que hacen débiles los cimientos de nuestra fortaleza. Por ello, el camino no es la represión, sino la transformación.

Podemos poner en práctica estos pasos:

1. - Reconocer y aceptar lo que nos haya sucedido, del tipo emocional que sea.

2.-  No tratar de obviarlo, ni pretender que no sucedió. No reprimirlo ni ignorarlo. Entender por qué llegamos a ese punto, en qué parte tuvimos responsabilidad y en cual no. Y sobre todo tratar de entender a quienes nos dañaron. Nadie da lo que no tiene dentro de sí, por eso no se lo podemos pedir.

3.- Liberar la fuerza vital atrapada de signo negativo por medio de la meditación, la reflexión o el diálogo con nosotros mismos mediante afirmaciones positivas.

4.- Dejarlo ir e implicarnos en la tarea de la reconstrucción de nuestro edificio emocional interno. Decorarlo a nuestro gusto y salir a la vida que siempre nos espera gustosa de acogernos.




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