jueves, 21 de junio de 2012

CAMBIAR PARA SER UNO MISMO

CAMBIAR ES POSIBLE, SIN IMPORTAR LA ETAPA DE LA VIDA QUE SE ESTÉ TRANSITANDO.

Siempre se está a tiempo de recuperar el rumbo, la vida, los sueños, las ilusiones que alguna vez perdimos o nos dejaron atrás, lo cierto es que siempre es un buen momento para iniciar el camino verdadero que se anheló y que no se pudo, no se quiso o no se supo emprender, por los innumerables motivos que a lo largo de nuestra vida, nos acontecen.

Lo importante es saber qué es lo que no nos gusta en el momento actual de nuestra vida, saber se quiere cambiar y cómo se queremos cambiarlo.

Hay por tanto que tener claro el destino final, lo que queremos ser, el camino es opcional, cada uno escoge el que cree más conveniente para él. Y saber que ser uno mismo tiene muchas veces un alto precio, o mejor dicho dos altos precios:

1.- LA INCOMPRENSIÓN DE LOS DEMÁS, INCLUSO DE LA PROPIA FAMILIA.

2.- LA SOLEDAD A LO LARGO DEL CAMINO EN NUMEROSAS OCASIONES.

Recordando que no basta cambiar solamente una vez, el cambio es algo dinámico, algo que hay que renovar todos los días, adaptando los parámetros de nuestro cambio a los ritmos que impone la vida en cada etapa que vivimos.

Como se dice en una frase muy actual….”HAY QUE REINVENTARSE CADA DÍA”…

Todos se pueden dar cuenta cuando se sienten bien y plenos, de qué es lo que produce esa transformación. Es un sentimiento de calma interior, de equilibrio, de plenitud, de confianza en sí mismo y de satisfacción, cuando se experimenta estar en el lugar que se quiere estar, con las personas que se desea estar y haciendo lo que cada uno quiera hacer.

Por alguna razón muchos postergan su propia realización personal, porque creen que ya es tarde, que no pueden o que no se lo merecen. No pueden darse cuenta, que la felicidad que sienten expresando quienes son, los transforma también como personas, que cambia su actitud hacia la vida y hacia sus relaciones.

La clave ya la hemos dicho muchas veces en este blog: NO ES CAMBIAR EL MUNDO, ES CAMBIAR NOSOTROS Y NUESTRA VISIÓN DEL MUNDO Y ASÍ CAMBIARA TODO.

Poder desarrollar lo que está potencialmente en cada uno, nuestros talentos, es una aspiración a la que no se debe renunciar, sobre todo, cuando se sufre infelicidad o se comienza a sentir que está faltando algo.

El cambio debe ser interno, es decir de adentro para afuera, evitando temores, prejuicios, ideas preconcebidas y arriesgándose a emprender la aventura de iniciar una nueva forma de vida con férrea voluntad y sana convicción.

Ni un solo cambio se produce, desde fuera de nosotros, ya que la decisión siempre es interna.

No se trata de intentar ser otro sino de realmente ser quien se es, trascendiendo los condicionamientos del pasado y las viejas creencias y atreviéndose a ser distintos.

Preguntémonos y eso sí seamos sinceros en la respuesta: ¿SOMOS LO QUE PENSAMOS QUE……………… SOMOS? ( ver entrada de hace cuatro días en el blog)

Esa necesidad primordial estuvo siempre, pero permanecía tapada por una serie de antiguas estructuras aprendidas que en su momento sirvieron para adaptarse.

En numerosas ocasiones la insatisfacción interior se manifiesta de alguna manera que no nos es fácil saber interpretarla, obstaculizando las relaciones, alterando el carácter, o transformándose en enfermedades recurrentes o en síntomas migratorios que trataban inútilmente de llamar la atención.

El cambio nos enfrenta a lo desconocido, porque nos hace sentir inseguros y tememos las pérdidas, aunque ya no signifiquen nada para nosotros. El cambio obliga a aprender una nueva forma de relacionarse con el mundo y con los demás.

La vida nos brinda oportunidades para cambiar, situaciones que hacen que el entorno se modifique y que obligan a cambiar las estructuras, como las pérdidas de seres queridos, los accidentes y a veces hasta las enfermedades. Porque las crisis son las mejores detonantes para el cambio, encrucijadas que hacen que ya nada importe. Cambiar obliga a hacerse cargo de la propia vida, a ser capaces de hacerse responsables de los actos y a enfrentar nuevos desafíos.

Los cambios producen temor aún ante la perspectiva de que se cumplen todos los deseos, porque se puede tener miedo hasta de sentirse mejor. El cambio es un proceso natural que fluye del interior del ser humano debido a los procesos evolutivos, lo importante es que sea consistente y no haya renuncias o retrocesos.

EL CAMBIO SIEMPRE NOS LLEVARA A SER SERES HUMANOS AUTO_-INDEPENDIENTES

 
SEGURAMENTE HAY UN RUMBO POSIBLE Y DE MUCHAS MANERAS PERSONAL Y ÚNICO.
POSIBLEMENTE HAYA UN RUMBO SEGURO Y DE MUCHAS MANERAS EL MISMO PARA TODOS.
HAY UN RUMBO SEGURO Y DE ALGUNA MANERA POSIBLE.

De manera que habrá que encontrar ese rumbo y empezar a recorrerlo. Y posiblemente habrá que arrancar solo y sorprenderse al encontrar, más adelante en el camino, a todos los que seguramente van en la misma dirección.

Este rumbo último, solitario, personal y definitivo, sería bueno no olvidarlo, es nuestro puente hacia los demás, el único punto de conexión que nos une irremediablemente al mundo de lo que es. LLAMEMOS AL DESTINO FINAL COMO CADA UNO QUIERA: FELICIDAD, AUTORREALIZACIÓN, ELEVACIÓN, ILUMINACIÓN, DARSE CUENTA, PAZ, ÉXITO, CIMA, O SIMPLEMENTE FINAL... LO MISMO DA. TODOS SABEMOS QUE LLEGAR CON BIEN ALLÍ ES NUESTRO DESAFÍO.

Habrá quienes se pierdan en el trayecto y se condenen a llegar un poco tarde y habrá también quienes encuentren un atajo y se transformen en expertos guías para los demás.

Algunos de estos guías me han enseñado que hay muchas formas de llegar, infinitos accesos, miles de maneras, decenas de rutas que nos llevan por el rumbo correcto. Caminos que transitaremos uno por uno.

Sin embargo, hay algunos caminos que forman parte de todas las rutas trazadas. Caminos que no se pueden esquivar. Caminos que habrá que recorrer si uno pretende seguir. Caminos donde aprenderemos lo que es impres-cindible saber para acceder al último tramo. Para mí estos caminos inevitables son cuatro:

1 / El camino del encuentro definitivo con uno mismo, que yo llamo EL CAMINO DE LA AUTO DEPENDENCIA.

2 / El camino del encuentro con el otro, del amor y del sexo, que llamo EL CAMINO DEL ENCUENTRO.

3 / El camino de las pérdidas y de los duelos, que llamo EL CAMINO DEL DOLOR.

4 / Y el camino de la plenitud y de la búsqueda del sentido de la vida, que llamo EL CAMINO DE LA FELICIDAD.

A lo largo de mi propio viaje he vivido, estudiado y consultando los apuntes que otros dejaron de sus viajes y he usado parte de mi tiempo en trazar mis propios mapas del recorrido.

Mis mapas de estos cuatro caminos se constituyeron en estos años en hojas de ruta que me ayudaron a encontrar el rumbo cada vez que me perdía.

Quizás estas Hojas de Ruta puedan servir a algunos de los que, como yo, suelen perder el rumbo, y quizás, también, a aquellos que sean capaces de encontrar atajos. De todas maneras, el mapa nunca es el territorio y habrá que ir corrigiendo el recorrido cada vez que nuestra propia experiencia encuentre un error en la cartografía. Sólo así llegaremos donde cada ser humano podrá ser…..”EL MISMO”.

OJALA NOS ENCONTREMOS ALLÍ.

QUERRÁ DECIR QUE USTEDES HAN LLEGADO.

QUERRÁ DECIR QUE LO CONSEGUÍ TAMBIÉN YO.

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