SER UN ESPÍRITU LIBRE ES
TODO UN DESAFÍO EN MEDIO DE UNA SOCIEDAD QUE BUSCA DILUIRNOS EN UNOS MISMOS
PATRONES Y CONVENCIONALISMOS.
POR OTRO LADO, ES CIERTO QUE
AL HABLAR DE ESTE PERFIL DE COMPORTAMIENTO Y DE ACTITUD ES COMÚN
IMAGINARNOS A ALGUIEN POCO APEGADO A LAS RELACIONES. Los
visualizamos de inmediato viviendo en la clásica autocaravana, viajando de aquí
allá. Sin embargo, hay muchas almas libres que no son nómadas y que
tienen cerca a sus amigos de siempre.
PORQUE ESTE TIPO DE
PERSONAS, EN REALIDAD, LO QUE HACEN ES VIVIR DE ACUERDO A SUS IDEALES Y
CORAZÓN. TIENEN SU PROPIA ZONA DE CONFORT Y NO DESEAN ACOMODARSE A OTROS
PATRONES, ESCENARIOS O DINÁMICAS QUE NO SEAN LAS SUYAS. SUS IDEALES SON SU
HOGAR Y ESA ES SU CARACTERÍSTICA MÁS DEFINITORIA.
Ser dueños y señores de
nuestros actos, decidir por nosotros mismos y no dejarse condicionar por la
sociedad, puede ser muy difícil en ocasiones. Solo las almas libres son capaces
de bordear esa línea.
SER UN ESPÍRITU LIBRE IMPLICA MUCHAS VECES DESAFIAR CONVENCIONALISMOS Y NORMAS SOCIALES NO ESCRITAS.
SER UN ESPÍRITU LIBRE ES UN
ACTO DE REBELIÓN EN UN MUNDO QUE BUSCA RETENERNOS Y CONDICIONARNOS.
LA SOLEDAD, UN ESPACIO SEGURO Y PLACENTERO. Así es. Para quien prioriza la libertad, la soledad es su segundo hogar y ese espacio seguro donde recargar energías y escucharse a uno mismo. El mundo es un lugar muy ruidoso, contradictorio y hasta caótico. Los espíritus libres necesitan de esa soledad elegida para hallar sentido a sus vidas, también para practicar la distancia psicológica.
LA BÚSQUEDA CONSTANTE DEL
SENTIDO Y LA PROFUNDIDAD EN CADA SITUACIÓN. Si hay algo que detestan estas
personalidades son los comportamientos superficiales. Si tienen una
conversación con alguien, tocarán temas filosóficos, existenciales y de gran
profundidad psicológica y emocional. Detestan las charlas triviales y
también a las personas vacías, que imitan a los demás, que no piensan por ellos
mismos.
DINAMISMO Y MÚLTIPLES
PASIONES (MENTE ABIERTA). A menudo solemos experimentar cierto rechazo ante
quien, de un día para otro, cambia de opinión. Lo cierto es que si hay un
aspecto que define a los espíritus libres es su capacidad para replantearse sus
pensamientos y cambiar de ideas. Algo que, sin duda, es más beneficioso de lo
que creemos.
El verdadero espíritu
libre se replantea todo lo que ve y le rodea. Esto puede suscitar algún
antagonismo. Poco a poco se dan cuenta de que les cuesta encajar en una
sociedad que prefiere personas iguales, que piensan de la misma manera.
SON CONSCIENTES DE QUE NO
ENCAJAN EN LA SOCIEDAD ACTUAL. Los espíritus libres existen gracias a su
capacidad de no ajustarse a las estructuras sociales ordinarias -tienen esa
posibilidad y eligen entre hacerlo o no-. Les cuesta mantener un mismo
trabajo, no comulgan con buena parte de los idearios políticos, no entienden el
mundo moderno, tan dominado por las redes sociales y la inmediatez.
Son conscientes de que no
encajan en la sociedad actual y de que “ser uno mismo”, seguir sus propios
ideales, le trae a veces más problemas que beneficios. A pesar de ello, no
renuncian a ser quienes desean ser. Sus ideales son su hogar, y la libertad, su
combustible cotidiano.
Los espíritus libres no
suelen aferrarse mucho tiempo a un mismo lugar.
PRACTICAN EL DESAPEGO
MATERIAL. Muchos lo hacemos. Nos aferramos a una casa, a un espacio físico, a
un lugar, e incluso a un conjunto de objetos. Y a menudo, esta necesidad tan
prioritaria es origen también el origen de buena parte de nuestro sufrimiento.
Porque nunca tenemos suficiente, porque pagarlos nos cuesta la vida. También
porque lo material no es tan importante como aquello que no se ve (emociones,
afectos, relaciones…).
Los espíritus libres no
conceden valor a lo material porque detestan lo desechable, prefieren la
solidez de sus ideales, de sus sueños y valores. La
independencia requiere del coraje de arrancar raíces y abrazarse al movimiento,
a la fuerza del cambio.
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