viernes, 23 de febrero de 2018

LA CULTURA DEL FRACASO

PERO QUE ES FRACASAR, QUE ES UN FRACASO, REALMENTE EXISTE EL FRACASO Y SI EXISTE RESPECTO A QUE O QUIÉNES.

EL SIGNIFICADO VERDADERO DE FRACASO NO ES EL RESULTADO ADVERSO DE UN LOGRO QUE QUEREMOS CONSEGUIR.

FRACASO NO SIGNIFICA QUE NO HEMOS LOGRADO NADA... SIGNIFICA QUE NO HEMOS APRENDIDO ALGO.

El fracaso es relativo y tiene demasiadas variables para poderlo definir y delimitar exactamente, así que relativicemos los fracasos.

La universalidad del fracaso es directamente proporcional a la universidad que crea a su paso. Todos fracasamos alguna vez…y aún muchas. De ese gusto amargo nace un sabor nuevo que cobrará cada vez más aroma hasta que logremos aprender lo que nos toca.

Es duro admitir que es realmente cuando fracasamos o cuando cometemos errores, cuando más aprendemos. En esos momentos nos hacemos expertos en la materia. De golpe se aprenden las lecciones que tanto nos han repetido. Caminando por sus sombras logramos ver de nuevo lo que parecía oculto para siempre.

POR ESO LO QUE LLAMAMOS FRACASO, CREA ESCUELA Y NOS PERFECCIONA. ELEVA LA ENSEÑANZA A LA CATEGORÍA DE PERICIA Y TERMINA SIEMPRE POR CONVERTIRSE EN EL PROFESOR MEJOR ESCUCHADO, EL MÁS TEMIDO Y A LA VEZ EN EL MÁS VALORADO.

Cuando hemos fracasado entendemos inmediatamente que hemos de cambiar si no queremos repetir los dolores de las equivocaciones. Que el camino que hemos llevado no es el correcto y que nadie nos salvará, si no ponemos de nuestra parte para abrirnos a nuevos caminos, nuevas experiencias.

Lo peor llega cuando creyéndonos unos expertos del fracaso tratamos de evitárselo a los demás. Y eso debemos entender que no es posible, como dice el refranero castellano: “nadie escarmienta en cabeza ajena” muy cierto, uno debe fracasar por sí mismo para saber lo que cuesta, rectificar, levantarse, solucionar el error. No habrá enseñanza si tratamos de evitar las consecuencias del error. Tampoco habrá crecimiento para todos aquellos que protegemos, que tenemos bajo nuestra ala si estamos siempre encima de ellos para que nada les dañe.

Todos cometemos errores. Hemos de aprender lecciones, que a su vez no hemos de considerar como faltas. Sabemos que las lecciones se repiten hasta que se aprenden y que si no se aprenden, las lecciones fáciles pasan a ser difíciles.

Para saber que hemos superado las lecciones que vamos encontrando en nuestro caminar por la vida, debemos advertir que nuestras actitudes cambian y poder sentir que algo se convierte en nuestro interior transformando nuestra apreciación de lo externo, haciéndonos cada vez más intuitivos.

Los fracasos no dejan de ser oportunidades de cambio que pueden abrir las puertas a una transmutación insospechada que esperaba ser liberada y aceptada, no debemos de olvidar que en nuestro interior tenemos cuanto necesitamos, para resolver lo que encontremos y que tan solo es necesario un pequeño estimulo, para que tomemos conciencia de ello y se manifieste.

No se trata de magnificar el error, sino de aprovecharlo para construir sobre él. Lograr que los cimientos de nuestro futuro inmediato se asienten sobre el firme depósito de la voluntad y la entrega a lo que está por llegar.

SEREMOS ARQUITECTOS DE NUESTRA VIDA CUANDO INTERVENGAMOS EN ELLA SIN DEJAR QUE OTROS TOMEN NUESTRAS DECISIONES, NUESTRA INICIATIVA Y NUESTRO DERECHO A EQUIVOCARNOS.

EN ESO CONSISTE LA GRANDEZA DE SER ÚNICOS E IRREPETIBLES. SEÁMOSLO DE VERDAD.


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