martes, 7 de marzo de 2017

CUANDO NOS INVADE EL DESANIMO

TODOS TENEMOS ÉPOCAS EN LA VIDA QUE SIN SABER MUY BIEN PORQUE ESTAMOS SIN GANAS DE NADA. CONFUSOS, ABRUMADOS POR LOS PROBLEMAS, INCAPACES DE REACCIONAR Y CANSADOS DE ESPERAR NO SABEMOS MUY BIEN QUÉ.

Llegando a sentir que estamos hartos hasta de nosotros mismos, de vernos siempre enredados en los mismos conflictos, en las mismas situaciones, incluso aun sabiendo en qué forma nos equivocamos caemos de nuevo, hartos de repetir errores, de sumar equivocaciones y acumular infelicidad.

El desanimo es un componente muy peligroso, cuando dejamos que se instale en nuestra vida, porque el desánimo, el abatimiento el hastió, irremediablemente nos van a llevar a la tristeza.

Llegados a este punto debemos recordar esa frase de sabiduría que nos dice: “SI QUEREMOS OBTENER RESULTADOS DIFERENTES, DEBEMOS HACE COSAS DIFERENTES”.

Ser conscientes de que nos hace falta una revolución que nos sacuda, que cambie el rutinario ritmo de los días, que nos ponga el mundo del revés y logre que cada polo sea el contrario, por algún tiempo.

Cuando tomamos conciencia de que necesitamos un cambio, de que no podemos seguir así, debemos ponernos manos a la obra y realizar ese cambio, para recuperar el ánimo, la alegría de vivir, en definitiva para volver a ser felices.

Debemos escuchar a nuestro cuerpo, a nuestra mente y a nuestro corazón. Debemos sentir cómo nos piden salir del espacio que ocupamos para sentir diferente, pensar distinto y hacer cosas nuevas.

El inmovilismo es cómodo aunque conlleve un alto precio. Nos limitamos a lo conocido, a lo de siempre, a lo que a pesar de empujarnos a desear otras cosas nos instala en más de lo mismo.

La trampa que nos proporciona el inmovilismo, es una seguridad ficticia, pensando como dice el refranero castellano: “MÁS VALE LO MALO CONOCIDO, QUE LO BUENO POR CONOCER”. La seguridad no la da el no moverse, la seguridad viene con el movimiento, en el universo, nada está quieto todo está en constante movimiento, esa es la evolución correcta.

Estamos hechos de costumbres; de hábitos y de rutinas. Y no es difícil sentir en nuestro interior, que realmente esta forma de vivir la vida, puede desmontarse invirtiendo las formas, maneras y modos de actuar.

Comencemos por introducir algo diferente cada día. Pequeñas cosas. Quizás introducir paulatinamente lo que de verdad nos gusta; aquello a lo que nunca nos atrevemos. Lo que nos asusta pero deseamos.

PUEDE QUE SOLAMENTE LOGREMOS DAR UNA PINCELADA DIFERENTE AL DÍA A DÍA, PERO SERÁ SUFICIENTE PARA SALIR DE LA PARÁLISIS A LA QUE A VECES NOS VEMOS SOMETIDOS ABRUMADORAMENTE.

NO LO DUDEN MIS QUERIDOS LECTORES/AS MERECE LA PENA INTENTARLO, TODO ANTES DE DEJAR QUE EL DESÁNIMO ANIDE EN NUESTROS CORAZONES.

RECUERDEN QUE LA VIDA ES MARAVILLOSA. PERO SOLO PARA AQUELLOS QUE LA SABEN VIVIR MARAVILLOSAMENTE.


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