sábado, 15 de octubre de 2016

LOS RESPONSABLES DE NUESTRAS DECEPCIONES SOMOS NOSOTROS….EL PENSAMIENTO MÁGICO (REFLEXIONES PARA EL FIN DE SEMANA)

LAS DECEPCIONES DUELEN Y DUELEN EN OCASIONES MUCHO, PERO CUANDO NOS PARAMOS A MEDITAR SOBRE ELLAS, NO NOS QUEDA MÁS REMEDIO QUE RECONOCER QUE LOS ÚNICOS RESPONSABLES DE SENTIRNOS DECEPCIONADOS SOMOS NOSOTROS.

Las decepciones siempre están basadas en nuestras expectativas, deseos, necesidades ante una persona o situación, y si no somos conscientes de este matiz entramos en una dinámica muy peligrosa, que no es otra que culpabilizar a los demás.

Cuando uno se decepciona de algo o alguien, ese algo o alguien tal vez no tenga culpa. Puede ser. Somos nosotros los únicos responsables de haber puesto demasiado empeño, demasiado amor, demasiada confianza, demasiada amistad, demasiada entrega…en personas que están en su escalón, que son lo que son y como son.

Y en una gran mayoría de veces, si somos sinceros con nosotros mismos, nos decepcionamos con alguien por algo que ni siquiera se lo hemos hecho saber y encima no solo nos sentimos mal, sino que lo culpabilizamos, cuando esa persona ni siquiera es consciente de nuestro deseo, expectativa o necesidad.

HAY ALGO MUY IMPORTANTE QUE NO DEBEMOS OLVIDAR, EN NUESTRA RELACIÓN CON LOS DEMÁS SEA DEL TIPO QUE SEA. “LOS DEMÁS NO SON ADIVINOS”.

Si queremos algo de una determinada persona, somos nosotros los responsables de hacerlo saber a través del dialogo y para evitar decepciones posteriores, tener la certeza de que hemos sido entendidos en lo que deseamos.

Si hiciésemos esto normalmente, evitaríamos el dolor que produce una decepción.

Queremos obtener respuestas y no llegan, creemos en una reacción y es la contraria, esperamos un giño de afecto y responde el silencio. Y ante esto…vacío y desesperación u olvido y rechazo.

Lo mejor es reconocer que el error es nuestro por querer llevar a los demás a nuestro terreno de esperanza.

Esperamos… ansiamos…nos desvelamos…aspiramos… en nuestro pequeño círculo del corazón. Pero los demás son otros. Ni piensan como nosotros, ni sientes como nosotros, ni sufren igual, ni aspiran a lo mismo, ni se rigen por la misma escala de valores.

Deberíamos reconocer que todo está bien así. Cada uno como es. Cada uno responde según su condición, aunque le vaya la vida en ello. Es mejor que lo aprendamos pronto, porque así es.

Quien mejor ha definido esto es LA PSICÓLOGA PILAR SORDO, ella lo llama EL PENSAMIENTO MÁGICO, comparto con vosotros como lo expresa ella.

EL PENSAMIENTO MÁGICO

Una de las causas más frecuentes de nuestros sufrimientos es el pensamiento mágico. Hemos instalado en nuestra mente modelos determinados de las cosas y las personas. De los valores, de las ofensas, de lo que está bien y lo que está mal; y de este modo hemos ido construyendo un edificio con departamentos amueblados sobre el que iremos comparando todo lo que llegue a nuestra vida. Nos hacemos una idea precisa de cómo tiene que ser el hombre o la mujer de nuestros sueños y todo/a que llegue tendrá, necesariamente que pasar por este referente modélico con el que vamos a compararlo. Nos sucede con nuestros hijos, con los amigos, con las situaciones y los comportamientos. Aquello que no se ajusta a lo que considero bello, bueno y perfecto…comienzo a rechazarlo encontrando mil razones para desecharlo, criticarlo o simplemente intentar cambiarlo.

PILAR SORDO, LA PSICÓLOGA CHILENA QUE HA IDEADO ESTE CONCEPTO hace una excelente referencia al sufrimiento que se deriva de estas fatídicas comparaciones en las que la realidad, siempre sale perdiendo.

No aceptamos lo que llega, ni lo que tenemos. Siempre estamos inmersos en un continuo baile mental en donde pretendemos acoplar lo que hay en nuestra vida con la idea que de ella nos hicimos al iniciar nuestra edad adulta.

De este desajuste surge una inagotable fuente de conflictos con uno mismo que muy pronto comienzan a sufrir los demás. Por todo aquello que instalamos en nuestro pensamiento mágico y que se aleja tanto de la realidad.

La reacción más frecuente como seres humanos que adoptamos al darnos cuenta de que lo que tenemos al lado no es lo que nos gustaría, es desear cambiarlo. ¿Qué grave error? ¿Cambiar a la persona para que se adecue a nuestro modelo? ¿Modificar su pensamiento, su forma de ser y sentir por perfilarla a nuestro gusto?...Esto ni es posible, ni sería conveniente nunca. No podemos ni debemos pretender cambiar a nadie. Hay que aceptar lo que tenemos o dejarlo ir.

Pero nunca cometamos la gravísima equivocación de pretender modificar a nadie y menos aún creer que lo conseguiremos. Somos como vamos construyendo nuestros pensamientos, viviendo nuestras experiencias y aprendiendo de todo lo que nos rodea. Cada uno nace libre, único y maravillosamente diferente. 

SI NO PODEMOS GOZAR DE ESA MULTIPLICIDAD DE ASPECTOS QUE CONSTITUYEN A LA OTRA PERSONA, SI NOS MOLESTAN ALGUNO DE ELLOS TANTO COMO PARA NO ACEPTARLOS, SI DE VERDAD NOS INCOMODAN COMO PARA PELEAR CONTINUAMENTE POR SU CAMBIO…HA LLEGADO EL MOMENTO DE ALEJARNOS, DE DEJAR IR Y DE COMENZAR A APRENDER QUE NADIE ES IGUAL A NADIE, QUE EN ELLO CONSISTE LA RIQUEZA DE LAS RELACIONES Y SOBRE TODO, QUE NADIE CAMBIA PARA DAR GUSTO A OTRO.


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