domingo, 5 de junio de 2016

LOS SERES HUMANOS MARAVILLOSAMENTE RAROS (LOS DIFERENTES) REFLEXIONES PARA EL FIN DE SEMANA

ESTE ARTÍCULO ESTÁ DEDICADO A TODOS ESOS SERES HUMANOS QUE SIENTEN DENTRO DE SÍ “NO ENCAJAR EN EL MUNDO” ALGO QUE QUIEN LO VIVENCIA NECESITA INTEGRAR, RESOLVER, PUES ESOS QUE “NO ENCAJAN EN EL MUNDO” SON QUIENES TIENEN LA POSIBILIDAD DE IR CREANDO, DESDE SU MANERA DE SER, UNA SOCIEDAD BASADA EN VALORES DEL SER. POCO A POCO… GOTA A GOTA.

Creo esencial que, sobre todo, quienes son terapeutas conozcan este tipo de fenómeno psicológico, para no clasificar erróneamente a sus pacientes, sino alentarlos a cultivar lo mejor de sí, auto-valorarse, honrar su modo de ser…

A tod@s esas personas maravillosamente raras, gracias y sobre todo gracias por ser diferentes.

Son así: diferentes. Insisten en hallar un sentido que vaya más allá de la norma, de lo estipulado, en que tantos se mueven día a día; vivencian la compasión como algo natural, y buscan dónde ejercer el natural acto de servir; aman la belleza, los vínculos con hondura, el silencio fecundo; de modo sencillo o más vehemente, tienen urgencia por dejar una huella en la vida, por mejorar el mundo, aunque sea en su entorno más cercano. Intentan a diario poner en práctica sus mejores valores, con coraje y sensibilidad, aun equivocándose.

Entonces… claro: no es inusual que personas así se sientan raras. Y podría decirse que lo son: pero preciosamente raras, como esas perlas o piedras de sutiles colores, difíciles de hallar. El problema es cuando este “sentirse raras” se traduce anímicamente como si fuera “ser defectuosas”. Y es que a veces ser diferente genera rechazos, burlas o discriminaciones, como las que padeciera Juan Salvador Gaviota por querer explorar el cielo para perfeccionar su vuelo, en vez volar para meramente subsistir. Entonces sufren, y se preguntan: “¿Por qué no puedo ser como los demás?”. Veamos por qué…

La mayoría de los seres humanos a medida que crecen y van interactuando con el mundo se desconectan de su propia esencia, su núcleo más íntimo, su verdadera identidad. Adquieren, en cambio, una identidad condicionada por el entorno, masificada, modelada por mandatos ajenos.

En cambio, estas otras personas “raras” experimentan una enorme necesidad de ser fieles a lo más interno de sí. Y esto suele tener una consecuencia (sobre todo en la primera mitad de la vida): la de no encajar en el mundo. Como decía Herman Hesse, “tienen una dimensión de más”: la conciencia de que la vida es un camino, y de que en él encontramos las condiciones que nuestra interioridad necesita para ir siendo cada vez más completos, ayudando a otros para que lo sean.

A lo largo de tantos años de ser terapeuta, estudie el comportamiento de todas aquellas personas que se definían a sí mismas “DIFERENTES” “que sientes a veces no ser de este mundo”. Que piensan que se equivocaron de lugar y en el tiempo al nacer.

Si hubiese que definir o poner un nombre a estos seres humanos podríamos decir que tienen “LA REBELDIA DE LO ESENCIAL”: una falta de pertenencia a las reglas del mundo, con la sensación dual de experimentar el gozo de sentirse en contacto con lo profundo, y a la vez percibirse como “fallado” por no ser “como los demás”.

Si la persona trabaja sobre sí, puede llegar a comprender que “no encajar” en la gran bandada significa que hay otra bandada: la de los que no encajan por los mismos motivos. Entonces, lo importante será no aislarse: abrirse al encuentro de quienes cultivan similares valores, y tomar conciencia de que no se está solo. Thoreau lo dijo así: “Si alguien no marcha a igual paso que sus compañeros, puede que eso se deba a que escuche un tambor diferente. Que camine al ritmo de la música que oye, aunque sea lenta y remota…”.

Siguiendo esa música hallamos nuestro lugar en el mundo, nuestro sentido de existir; dejamos de percibirnos como defectuosos para, en cambio, celebrar nuestra singularidad y acompañar a otros a dignificar la propia. Nos vamos convirtiendo en agentes de cambio, marchando junto a los que escuchan un ritmo similar al nuestro.

SOMOS MUCHOS LOS QUE ESTAMOS EN EL MISMO CAMINO. ALLÍ ES DONDE SÍ ENCAJAMOS LOS QUE SENTIMOS “NO ENCAJAR EN EL MUNDO”. Y ES QUE ESTAMOS CONSTRUYENDO OTRO MUNDO! PARA ESE MUNDO NUEVO, SE REQUIERE TU MANO DE OBRA. PORQUE, COMO EN UN GRAN CONCIERTO, LAS NOTAS QUE EJECUTES DESDE TU PARTITURA SON IRREMPLAZABLES: TODOS NOS NECESITAMOS DE TODOS PARA QUE LA MÁS BELLA MÚSICA SUENE CADA VEZ…...MÁS CERCANA




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