lunes, 8 de septiembre de 2014

¿EN QUÉ CONSISTE EL AUTOCONOCIMIENTO?

LO MÁS CORRIENTE ES LUCHAR PARA CAMBIAR LO DE FUERA, CULPANDO A LOS DEMÁS DE NUESTROS CONFLICTOS, VICTIMIZÁNDONOS POR NUESTRAS CIRCUNSTANCIAS ADVERSAS E INCLUSO QUEJÁNDONOS ANTE LA VIDA POR TODAS AQUELLAS SITUACIONES DESAGRADABLES QUE NOS SUCEDEN.

LO EXCEPCIONAL ES RECONOCER QUE NOSOTROS SOMOS CO-CREADORES Y CO-RESPONSABLES DE NUESTROS PROBLEMAS. CUANDO LO HACEMOS, ESTAMOS MÁS CERCA DE ENCONTRAR LAS SOLUCIONES QUE ANTERIORMENTE BUSCÁBAMOS FUERA. EL GRAN DESAFÍO CONSISTE EN MIRARNOS EN EL ESPEJO. AUNQUE A VECES NOS CUESTE RECONOCERLO, LA RAÍZ DE NUESTRO SUFRIMIENTO Y TAMBIÉN DE NUESTRA FELICIDAD ESTÁ DENTRO DE NOSOTROS Y NO FUERA.

¿QUÉ ES ENTONCES EL AUTOCONOCIMIENTO? ¿Y PARA QUÉ NOS PUEDE SER ÚTIL?

El autoconocimiento consiste en buscar lo que andamos persiguiendo dentro de nosotros mismos, que es precisamente el último lugar en el que nos han enseñado a mirar.

El autoconocimiento es la llave que abre la puerta hacia nuestro interior, que es donde podemos conectar con nuestro bienestar. Y puede que ahora, después de mucho tiempo sin echarle un vistazo, nos dé miedo entrar adentro. Pero en la medida en que nuestros ojos se vayan acostumbrando a la oscuridad, poco a poco seremos capaces de movernos con facilidad dentro de nosotros mismos. Solo así descubriremos quiénes somos de verdad. Para lograrlo, hemos de saber cómo funciona nuestra mente; de qué manera podemos gestionar nuestros pensamientos voluntariamente; cómo podemos regular nuestras emociones de forma constructiva; cuál es la causa real de nuestro malestar; cuál es el camino para gozar de un equilibrio duradero y, en definitiva, cómo podemos llevar una vida plena y con sentido en los cuatro pilares basicos de todo ser humano: la relación con uno mismo, la relación laboral, la relación social y la relación afectiva.

A partir de este aprendizaje, lleno de tesoros y sorpresas, estaremos preparados para relacionarnos con los demás y con la realidad de una manera más inteligente, fluida y armoniosa… Aunque lo parezca, el éxito no es la base de la felicidad, mientras que la felicidad sí es la base de cualquier éxito.

La respuesta está dentro, no fuera. No solo no nos han enseñado a mirar hacia nuestro interior, sino que la sociedad nos ha condicionado para que nos centremos, e incluso nos obsesionemos, en lo que ocurre fuera. Normalmente creemos que la felicidad llegará cuando tengamos más dinero, éxito profesional, prestigio social, un coche nuevo, una pareja más guapa… Y esa es precisamente la función del deseo: perseguir lo que no tenemos, creyendo que eso que anhelamos conseguir en el futuro nos generará la felicidad de la que carecemos en el momento presente. Sin embargo, por el camino solemos perder lo único que necesitamos y que ya está a nuestra disposición: nosotros mismos, es decir, nuestro propio bienestar interno.

POR MÁS DIFÍCIL QUE PUEDA PARECERNOS, TARDE O TEMPRANO VAMOS A TENER QUE MIRARNOS EN EL ESPEJO. ES UN ENCUENTRO DEL QUE NO PODEMOS ESCAPAR ETERNAMENTE. 

Con respecto a si existe o no un manual de instrucciones, lo cierto es que sí existe. Y no solo uno, sino muchos. De ahí la gran variedad de herramientas de crecimiento personal. Y todas ellas son sendas diferentes que nos conducen hasta un mismo punto: el conocimiento y la comprensión de nuestra condición humana, que nos permite recuperar el contacto con la riqueza con la que nacimos: la felicidad, el equilibrio y el bienestar interno. Cada una de estas herramientas es como un mapa de nuestra condición humana: nos pueden ayudar a ver con más claridad los pasos que tenemos que dar para llegar a encender la luz en nuestro interior.

AUNQUE EN UN PRIMER MOMENTO PUEDA PARECERLO, EL AUTOCONOCIMIENTO NO ES UN FIN EN SÍ MISMO. APRENDER A SER FELICES POR NOSOTROS MISMOS ES EL PRIMER PASO, NO EL FINAL DEL TRAYECTO.

Así, el autoconocimiento es un medio que nos permite conocernos más en profundidad para poder así ponernos en orden. Por eso, este egoísmo consciente es necesario para llegar a estar bien con nosotros mismos, es decir, para que en nuestra vida prevalezca la paz interior, la alegría y la confianza, en detrimento de la ira, la tristeza y el miedo. Además, al gozar de un sano y sostenible bienestar podemos empezar a servir amorosamente a los demás…

Por servir amorosamente me refiero a que cuando estamos a gusto y en paz con nosotros mismos, podemos empezar a estarlo con los demás y con la vida. Es decir, que nuestro equilibrio interno nos permite ser mejores padres, hijos, hermanos, amigos, directivos, jefes, compañeros de trabajo… Y por mejores quiero decir más conscientes y objetivos.

Cuando hablo acerca del amor, no me refiero al sentimiento, sino al comportamiento. Amar es sinónimo de comprender, aceptar, respetar, agradecer, valorar, escuchar, atender, ofrecer y, en definitiva, ser amable en cada momento y frente a cada situación. Y lo cierto es que siempre tenemos la posibilidad de ser amables… 

¿Y POR QUÉ NO LO SOMOS? ¿POR QUÉ SOMOS TAN POCO HUMANOS? ¿POR QUÉ SOMOS TAN CRUELES E INSENSIBLES LOS UNOS CON LOS OTROS?

Si nos observamos detenidamente en nuestro día a día, nos damos cuenta de que todas nuestras actitudes y conductas negativas surgen de nuestro interior de forma mecánica e impulsiva. Ninguno de nosotros elige enfadarse, tener miedo o sentirse triste. Todavía no he conocido a nadie que pudiendo escoger prefiera sufrir a ser feliz…

Además, cuando gritamos a alguien con rabia. La paradoja reside en que, somos nosotros quienes creamos la rabia en nuestro interior. Tan solo hemos de comprobar cómo nos sentimos después de tener un conflicto emocional con otra persona, aunque hayamos discutido con ella dentro de nuestra cabeza.. .

Por eso es importante recordarnos cada día, nada más levantarnos, que cualquier pensamiento, emoción, actitud o conducta negativos no aportan nunca nada positivo, beneficioso ni constructivo.

Y no solo eso. La negatividad nos destruye, mermando nuestro sistema inmunológico y volviéndonos más vulnerables a todo tipo de enfermedades.

El hecho de que en ocasiones nuestro comportamiento sea tóxico y nocivo es porque en general no somos dueños de nuestra actitud ni de nuestra conducta. Más bien todo lo contrario. Somos esclavos de nuestras reacciones emocionales, que se desencadenan casi sin darnos cuenta. Y mientras seamos seres reactivos, seguiremos siendo víctimas de nuestras circunstancias.

De hecho, al estar, tan acostumbrados a ser prisioneros de este encarcelamiento psicológico, solemos concluir erróneamente que nuestro estado de ánimo viene determinado por lo que sucede en el exterior. Afortunadamente, es posible dejar de ser, reactivo para empezar a ser proactivo. Este es precisamente uno de los objetivos del autoconocimiento y el desarrollo personal. 

ES UNA CUESTIÓN DE COMPRENDER LOS PORQUÉS Y ENTRENAR LOS CÓMO… 

 Extraído del libro “El Principito se pone la corbata” de Borja Vilaseca

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