miércoles, 30 de mayo de 2012

¿Y SI LA FELICIDAD FUERA ESTO QUE YA TIENES?

SI DECIDES ADOPTAR UNA ACTITUD DE ACEPTACIÓN Y APRECIACIÓN Y DISFRUTAR DEL CAMINO, LA FELICIDAD YA ESTÁ EN TUS MANOS, INCLUSO CUANDO AFRONTAS LOS PROBLEMAS.

Quizás el título de este articulo te resulte poco creíble o exagerado. ¿Es posible ser feliz cada día? ¿Existe alguna fórmula que lo haga factible? Mucha gente responderá que no. En las encuestas, la mayor parte de las personas declaran no creer en la felicidad, y menos en mayúscula, y menos de forma permanente. "La felicidad son momentos", dicen, o bien, "la felicidad es como un relámpago, que desaparece en cuanto lo percibes".
Para estas personas y para todas las demás, tenemos buenas noticias: la felicidad existe, puede ser duradera y puede, incluso, acompañarte toda tu vida, formar parte de ti, como una característica más que te define. Y esta gran conquista depende sólo de un cambio de actitud.

A lo largo de este articulo vas a descubrir que la felicidad no es un milagro ni una bendición efímera de los dioses, sino que es, simplemente:

1. UNA ACTITUD INTERIOR QUE PUEDES CULTIVAR.
2. UNA DECISIÓN PERSONAL QUE SE TOMA CADA DÍA.
3. UN CAMINO, NO UNA META.

Pero, por encima de todo, has de tomar una opción importante al principio del viaje, que consiste en escoger el amor y liberarte del miedo.

SOBRE LA FELICIDAD Y EL SUFRIMIENTO.

Sufrimiento manifiesto, subyacente, cambio de sufrimiento. Identifica primero el sufrimiento para saber dónde buscar la felicidad. Para comprender lo que es la felicidad, es importante entender también qué es el sufrimiento. Si sondeamos en nuestros estados de ánimo diarios, veremos que son generalmente cambiantes.

Lo importante es detectar si el hilo conductor entre todos estos estados es una tónica de bienestar o, por el contrario, de incomodidad permanente. Presta atención a los diferentes tipos de sufrimiento y observa si son las circunstancias las que se imponen en tu vida o cuentas con una anfitriona de bienestar personal que acoge de buena gana a todas estas visitas ineludibles en la existencia humana.

TIPOS DE SUFRIMIENTO.

Podemos definir el sufrimiento como un estado de ánimo caracterizado por el malestar.

Hay tres tipos de sufrimiento:

1. EL SUFRIMIENTO MANIFIESTO. Es aquél que sientes cuando te duele algo, física o emocionalmente: la espalda, la molestia de las diarreas, la cabeza, enfados, etc... Cualquier tipo de malestar manifiesto.

2. EL SUFRIMIENTO DEL CAMBIO. Cuando te deja de doler lo que antes te dolía tanto. Resulta un alivio y parece, por un momento, que eres feliz, pero en realidad sólo está cambiando el sufrimiento anterior por otro que se manifestará enseguida.

Ejemplos: sufrimiento de no tener pareja/consigues pareja-alivio-"felicidad"/sufrimiento de tener pareja; te duele la espalda/deja de doler-alivio-"felicidad"/empieza a molestar otra cosa (como la dificultad de dejar de fumar, de beber, una discusión, lo que sea)... Se cambia el sufrimiento.

En la práctica, éste es el tipo de felicidad que solemos conocer comúnmente: cuando algo te deja de doler o consigues lo que quieres. Pero no es más que un alivio y enseguida aparece el sufrimiento del cambio. En realidad no es más que un cambio de sufrimiento.

3. EL SUFRIMIENTO SUBYACENTE. Es esa molestia sutil e inconsciente que está casi todo el tiempo, porque hace frío, calor, tengo hambre, sed, cansancio, me aprieta el pantalón, estoy pesada, tengo que dejar kilos, etc.

Es el sufrimiento inherente a la condición humana que experimentamos. En ninguno de esos tres espacios se puede manifestar la felicidad auténtica. La felicidad (que siempre está ahí, dentro del ser humano, reinando en su isla de paz, interior) sólo se manifiesta cuando la desenterramos de todos los engaños, exigencias y condiciones externas.

Entonces, descubrimos que está siempre y no depende de condiciones externas. Este tipo de bienestar abraza y acepta las visitas de las condiciones externas y las deja pasar sin dejar de ser la anfitriona siempre.

La felicidad no desaparece cuando llega una visita-condición-molestia, para regresar cuando ésta se va. (No sería una buena anfitriona...) La alegría de la paz interior permanece siempre, con visitas o sin ellas. Esa es la única felicidad real. Lo demás (alivios) sólo son diferentes versiones o manifestaciones del sufrimiento.

"Desarrollar un sentimiento de felicidad auténtico y permanente sólo depende de ti".

CULTIVAR LA FELICIDAD.

¿A qué dedicamos la mayor parte de nuestra vida? Probablemente, a asegurarnos el bienestar material (posesiones, poder, una buena imagen...); a ocuparnos de nuestra familia, de las relaciones sociales; al cuerpo (compras, vestidos, alimentación, embellecimiento...). Todas estas condiciones pueden contribuir a tu bienestar pero no son la causa de tu felicidad.

¿Qué es lo que sí puede ser causa profunda de bienestar y felicidad? Tu habilidad para mantener paz mental en cualquier circunstancia (incluso en el dolor físico), tu capacidad de concentración, tu aceptación (que te haga fácil soltar en cada pérdida), tu capacidad de amor y compasión, que te conecte con tu entorno, incluidos todos los seres. La alegría. Ésas son las habilidades que te ayudan a vivir una buena vida, con significado y feliz.

Obtener una maestría en estas habilidades no es más difícil que conseguir todas las posesiones, carreras, oposiciones, la casa de tus sueños, el coche más rápido o la pareja que crees que te hará feliz, todas esas cosas que sí se llevan tu tiempo y energía y, sin embargo, no te garantizan la felicidad (por el contrario, sí constituyen una buena fuente de preocupaciones).

No se trata de abandonar todas las demás cosas, obviamente, pero sí es importante restablecer prioridades y reorganizar nuestro tiempo y energía, para dedicarle algo más de atención a las cosas que sí tienen el poder de hacernos felices (nuestra capacidad interior de paz, amor, concentración, alegría, comprensión).

martes, 29 de mayo de 2012

LAS 10 ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN ESPIRITUAL

El mundo es una jungla, frase hecha pero que sigue siendo cierta y de vigente actualidad.

Y NO ES MENOS CIERTA ESTA FRASE, CUANDO SE HABLA DE LA VIDA ESPIRITUAL, DADO QUE LA PROLIFERACIÓN EXAGERADA DE CÓMO SE INTERPRETA LA “ESPIRITUALIDAD”, NOS LLEVA A VECES AL “CAOS”.

¿Realmente pensamos que sólo porque alguien ha estado meditando desde hace cinco años, o hace 10 años que practica yoga, van a ser menos neurótico/a que la persona del lado? A lo sumo, tal vez será un poco más consciente de ello. Un poco.

Es por esta razón por la que pasé los últimos años de mi vida estudiando, investigando y escribiendo libros sobre el cultivo de discernimiento en el camino espiritual en todas las áreas arenosas (poder, sexo, la iluminación, los gurús, los escándalos, la psicología, la neurosis) así como los diferentes motivos que llevan al ser humano a adentrarse en la senda del conocimiento de las leyes espirituales y su puesta en práctica.

He llegado a conocer a muchos maestros espirituales y muchos practicantes espirituales a través de mi trabajo y mis también innumerables viajes, en realidad, he conocido mucho de todo, dentro de este mundo llamado “ESOTERICO”.

Y como no también he sido “VICTIMA” de la forma en que nuestro punto de vista espiritual, perspectivas y experiencias se ven “infectadas” por “contaminantes conceptuales” (que comprende una relación confusa e inmadura con los complejos principios espirituales) que son invisibles, pero tan insidiosa, como enfermedades de transmisión por contacto físico.

La siguiente clasificación evidentemente no es ni puede ser definitiva ya que como es sabido ira evolucionando en función de cómo evolucionemos los seres humanos, en nuestro aprendizaje de las leyes universales.

Pero si que nos ofrece, una herramienta para la toma de conciencia de ALGUNAS DE LAS ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN ESPIRITUALES MÁS COMUNES:

1. ESPIRITUALIDAD DE COMIDA RÁPIDA:

Mezclar la espiritualidad con una cultura que celebra la velocidad, la multitarea y la gratificación instantánea y el resultado es probable que sea espiritualidad de comida rápida. La espiritualidad de comida rápida es un producto de la fantasía común y comprensible que el alivio del sufrimiento de nuestra condición humana puede ser rápido y fácil. Una cosa es clara: la transformación espiritual no viene de la mano una solución rápida, sino del trabajo, el esfuerzo y el estudio continuado. 2.-

LA ESPIRITUALIDAD DE IMITACIÓN:

La espiritualidad de imitación es la tendencia a hablar, vestirse y actuar como nos imaginamos que una persona espiritual, lo haría. Se trata de un tipo de espiritualidad que imita la realización espiritual en la forma en que la tela de piel de leopardo imita a la piel real de un leopardo.

3.- MOTIVACIONES CONFUSAS:

A pesar de que nuestro deseo de crecer es genuino y puro, a menudo se mezcla con otras motivaciones, entre ellas el deseo de ser amado, el deseo de pertenecer, la necesidad de llenar nuestro vacío interior, la creencia de que el camino espiritual nos liberará de nuestros sufrimientos, y la ambición espiritual (el deseo de ser especiales), ser mejor que, y ser “el elegido”.

4.- IDENTIFICARSE CON LAS EXPERIENCIAS ESPIRITUALES:

En esta enfermedad, el ego se identifica con nuestras experiencias espirituales y las toma como propias, y empezamos a creer que estamos encarnando ideas que han surgido dentro de nosotros en determinados momentos. En la mayoría de los casos, no dura indefinidamente, aunque tiende a perdurar por largos periodos de tiempo en los que se creen iluminados y/o que funcionan como maestros espirituales.

5.- EL EGO ESPIRITUALIZADO:

Esta enfermedad ocurre cuando la propia estructura de la personalidad del ego se mezcla arraigada y profundamente en conceptos espirituales e ideas. El resultado es una estructura del ego que es “a prueba de balas.” Cuando el ego se espiritualiza, somos invulnerables a la ayuda, nueva información o retroalimentación constructiva. Nos convertimos en seres humanos impenetrables y estancamos nuestro crecimiento espiritual, todo ello en nombre de la espiritualidad.

6.- LA PRODUCCIÓN EN MASA DE LOS MAESTROS ESPIRITUALES:

Hay una serie de tradiciones espirituales de moda en la actualidad que producen personas que creen estar a un nivel de iluminación espiritual, o maestría, que está mucho más allá de su nivel real.

Esta enfermedad funciona como una cinta transportadora espiritual: ponte en este resplandor, consigue aquella visión, y “YA” Estás iluminado y listo para iluminar a otros en forma similar.

EL PROBLEMA NO ES QUE ESTOS PROFESORES INSTRUYAN SINO QUE SE PRESENTAN COMO SI HUBIESEN ALCANZADO LA MAESTRÍA ESPIRITUAL.

Por eso hoy más que nunca es necesario el conocimiento para poder distinguir………el trigo….de la paja.

7. EL ORGULLO ESPIRITUAL:

El orgullo espiritual se produce cuando el practicante, a través de años de esfuerzo, en realidad ha alcanzado un cierto nivel de sabiduría y usa ese logro para justificar el cierre a más experiencias.

UNA SENSACIÓN DE “SUPERIORIDAD ESPIRITUAL” ES OTRO SÍNTOMA DE ESTA ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN ESPIRITUAL.

SE MANIFIESTA COMO UNA SUTIL SENSACIÓN DE QUE “YO SOY MEJOR QUE OTROS, MÁS SABIO, Y POR ENCIMA, PORQUE YO SOY ESPIRITUAL.”

8.- LA MENTE DEL GRUPO:

También se describe como pensamiento de grupo, la mentalidad de culto, la mente de grupo es un virus insidioso que contiene muchos elementos de la codependencia tradicionales.

Un grupo espiritual tiene acuerdos sutiles e inconscientes con respecto a la forma correcta de pensar, hablar, vestirse y actuar. Los individuos y los grupos infectados con “mente de grupo” rechazan los individuos, las actitudes y circunstancias que no se ajusten a las normas a menudo no escritas del grupo.

9.- EL COMPLEJO DEL PUEBLO ELEGIDO:

Es la creencia de que “Nuestro grupo está más evolucionado espiritualmente, es más potente, inteligente y, en pocas palabras, que es mejor que cualquier otro grupo”.

Existe una importante distinción entre el reconocimiento de que uno ha encontrado el camino correcto, el profesor adecuado, o la comunidad correcta para sí mismos, y el haber encontrado “al elegido”.

10.- EL VIRUS MORTAL:

“YO HE LLEGADO”: Esta enfermedad es tan potente que tiene la capacidad de ser terminal y mortal para nuestra evolución espiritual.

Esta es la creencia de que “he llegado” al objetivo final de la senda espiritual. Nuestro progreso espiritual termina en el punto donde se concreta esta idea en nuestra mente, porque el momento en que comenzamos a creer que hemos llegado al final del camino, un mayor crecimiento se detiene.

“La esencia del amor es la percepción”, “por lo tanto, la esencia del amor propio es la percepción de uno mismo. Sólo te puedes enamorar de alguien a quien puedes ver claramente (incluido a ti mismo). Amar es tener ojos para ver. Es sólo cuando tú puedes verte claramente que puedes comenzar a amarte a ti mismo”.

ES EN EL ESPÍRITU DE LA ENSEÑANZA DONDE, YO CREO QUE UNA PARTE FUNDAMENTAL DEL APRENDIZAJE DE DISCERNIMIENTO EN EL CAMINO ESPIRITUAL ES DESCUBRIR LA ENFERMEDAD DEL EGO Y AUTO-ENGAÑO QUE ESTÁ EN TODOS NOSOTROS.

Ahí es cuando necesitamos sentido del humor y el apoyo de los verdaderos amigos espirituales.

Cuando nos enfrentamos a nuestros obstáculos para el crecimiento espiritual, hay ocasiones en que es fácil caer en una sensación de desesperación y disminución y perder la confianza en el camino.

Debemos mantener la confianza en nosotros mismos y en los otros, con el fin de hacer realmente una diferencia en este mundo.

lunes, 28 de mayo de 2012

DE DIOSES Y HOMBRES

Casi Todos los estudios antropológicos parecen asignar a Sumer la antigua Caldea. La franja entre los ríos Eúfrates y Tigris, como la cuna de la actual civilización. Estos antepasados habrían recibido de los Dioses o ET, el conocimiento preciso para iniciar una andadura más evolucionada y más responsable. Estos entes extraterrestres nos habrían dado el arado y las semillas necesarias para desarrollar la agricultura. El tejido y sus artes. La Medicina y la Farmacia, la elaboración de los metales y lo que es más importante, unos conceptos éticos y morales, asociados a una Teogonía repleta de dioses que de una u otra manera venían a la Tierra y engendraban hijos con nuestra mujeres.

Los Sumerios tenían doce dioses principales y otros tantos menores. Marduk. Apsu, Tiamat y otros tantos hacían referencia nuestro Sistema Planetario. Nuestros antepasados adoraban al Sol y a los planetas, pues de ellos nacieron todos los hombres. Es decir, la vida se habría originado desde la propia creación en siete fases donde apareció, el agua, los animales y al final de todo el hombre. Fuimos hechos de barro, como dice el Génesis, por el simple hecho de que fue a través de la selección biológica como salió el primate ancestral. A este primate según dichas tradiciones y hace casi medio millón de años, los “mensajeros de los dioses” habrían implantado neuronas inteligentes y finalmente el ser humano fue digno de poseer un espíritu, un alma y un cuerpo, con que experimentar la vida en la rueda de las reencarnaciones.

A través del tiempo esta cultura Sumeria fue entregando su saber en todo el Mediterráneo, Egipto, Grecia y Roma. Estos pueblos poco a poco fueron perdiendo la idea original de que los primeros dioses eran el Sol y los planetas y fueron atribuyendo a los dioses figuras humanas.- Asimismo se les asignó a estas caprichosas deidades todas y cada una de las virtudes y defectos del ser humano. Así pues Júpiter era un promiscuo seductor. Mercurio un corre-ve-y-dile y Marte o Ares tenía un genio endemoniado y se le invocaba para la guerra.

Antes de los romanos, los Egipcios, que habían recibido la información primigenia de los caldeos, concebían a sus dioses con cuerpos humanos y formas animales. Así pues Anubis tenía cabeza de chacal y cuerpo de hombre y Horus tenía figura humana y cabeza de halcón. Amon cabeza de carnero y otros dioses se representaban como toros alados o cuerpos humanos con cabeza de gatos. De una u otra manera de la primera idea primigenia de los Sumerios, en que los dioses eran externos, enormes y creadores de vida, las deidades de los nuevas civilizaciones iban adquiriendo más figura, manera y modos humanos. Hasta el punto que muchos reyes y emperadores de la Tierra tuvieron la osadía de llamarse divinos, dioses o hijos de los dioses. En tan solo 2000 o 3000 años, el gran dios Apsu de los Sumerios (nuestro Sol) estaba a la simple altura de un tiranillo de tal o cual pueblo que por su megalomanía terminaba siendo el Emperador Sol o un Dios ungido con los más altos poderes del Cosmos.

Con las invasiones bárbaras y el comienzo de la era cristina, los antiguos dioses ya no eran los que en un principio se habían adorado. El pueblo hacía un paralelismo psicológico muy obvio: Si nuestro emperador es un dios y por otra parte es tan patético, lo dioses del Olimpo tiene que ser igual de tontos.

Hacia el año 500 DC. El Emperador Constantino estableció el cristianismo como la religión del Imperio. En aquel tiempo los antiguos Padres de la Iglesia habrían conseguido imponer sus tesis en el Concilio de Nicea, por las cuales, Jesús de Nazaret era elevado a la categoría de Hijo Unico de Dios y por tanto Dios. Arrio que habría defendido la idea de que un humano no se podía deificar, había muerto en el propio concilio y la tesis del dios antropomórfico se impuso, puesto que el ser humano de aquella época estaba a acostumbrado a deificar emperadores, reyes, magos y héroes.

En Inglaterra con la leyenda del Rey Arturo y el Mago Merlín se produce la última contienda entre los dioses de la naturaleza y el culto a Jesucristo. Los cultos celtas que propiciaban la integración del ser humano en la naturaleza, siendo uno con duendes, hadas y fuerzas primordiales era abolida y sustituida por el culto a un único dios. En aquel culto ancestral, el hombre todavía era pequeño en comparación al dios de la tormenta o la Dama del lago o la Magia de la Naturaleza. Pero con el culto a un ser antropomórfico, el hombre se veía liberado de todo mal, pues bastaba el favor del dios, o de sus representantes en la Tierra para adquirir un puesto en el “supuesto cielo” donde se otorgaría al final de la vida todo tipo de parabienes.

Imaginad si pudiéramos retroceder al principio de la era Cristina y en la aldea de Nazaret. Imaginad a la vecina de la Virgen María qué envidia y descontento tendría, al comprobar el capricho del destino al ver que su hijo, no era sino moral y que el hijo de su vecina la Virgen María era ni más ni menos que un Dios. Está claro que esto no se dio, entre otras cosas porque a través de los años sucesivos, a Jesús el Cristo se le fue construyendo y atribuyendo todos y cada uno de los atributos de un Dios. Y por ende, a su madre, se le otorgaron las dignidades que correspondían a la madre del mismo Dios.

Hacia 3500 años, los antiguos dioses Sumerios eran inalcanzables, planetarios y por encima de cualquier posibilidad humana. Ahora un simple nazareno, que hasta ayer había corrido por las calles de la aldea y habría respirado, llorado y comido como el hijo de la vecina, se convertía en un dios. Y esta pobre naturaleza de un moral fue convirtiéndose con el paso del tiempo en un Super-hombre con todos los poderes, dignidades y atributos del más grande de los dioses.

Ahora el hombre de a pié, tenía un modelo a imitar. Tenía un punto de referencia claro: “Tengo que ser igual que mi dios” Y todos los actos, voluntades, costumbres, modos y maneras de los seres humanos se adataron al modelo que una casta sacerdotal había construido en pos de su Dios.

En nuestra época vemos como el modelo de belleza, por ejemplo, de Claudia Shiffer es imitado por millones de mujeres, que en pos de llegar a ser igual que su diva, se hacen tratamientos de leche de gorrión de los prados del Sur, o se implantan varios kg de silicona en distintos ángulos de su cuerpo, o hacen sacrificios heroicos con la comida para no tener celulitis o incluso piden un préstamo al banco para hacerse una liposucción, pero finalmente es posible que nos gustemos un poco más y seamos iguales que nuestra diosa de la belleza Claudia.

ESTO NO ES SINO UN PROCESO NARCISISTA DEL CULTO AL CUERPO PARA EMERGER DE LA MANADA POR SER MAS BELLA QUE EL RESTO DE LA ESPECIE.

En el modelo religioso, el ser humano que desea imitar a Cristo, renuncia a todos los placeres, pasa hambre, renuncia al sexo por ser pecado, se quita la ropa para ser más pobre que las ratas, se queda sin cama para dormir, puesto que su Dios no tenía ni donde reclinar su cabeza. Se recluye, toma un látigo y se flagela día tras día para conseguir la sublimación de la carne y la gloria divina. Incluso reproduce los estigmas del Señor, y si no lo consigue se pone en sus carnes unos brazaletes de púas que le rasgan las carnes. En este caso al igual que con el modelo de la Claudia Shiffer, se sigue utilizando la cirugía por la vía expeditiva. Si en el primer caso el bisturí me raja el pecho para meter la silicona, en el segundo caso, el látigo de púas rasga la espalda del penitente para conseguir la sublimación del NARCISISMO ESPIRITUAL MAS SALVAJE, EGOCENTRICO Y ABSURDO DEL PROCESO DE LA VIDA Y DEL EQUILIBRIO PSICO-FISICO.

Si vemos las revistas de moda, vemos que a las modelos se les da una calificación de menos a más, al igual que se hacen tablas de los seres más ricos del planeta. Es decir se establece una jerarquía en torno al modelo más perfecto o el modelo o patrón más ponderado por la sociedad. En el caso espiritual se compite en la santidad para conseguir llegar más o menos bien, a parecernos a nuestro Dios. Y por eso el Santo de tal región es más santo que el otro de otra región. Y las iglesias y los templos y las páginas culturales de la Historia del hombre se llenan de figuras mortales de seres humanos, considerados como santos y venerables en la medida que consiguieron asemejarse más o menos al modelo que adoraban. Por supuesto nadie llega a ser igual que su Dios, porque en este caso el culto desaparecería y con ello toda la casta sacerdotal, y si preciso fuera, se atribuiría al dios de turno, nuevos poderes y nuevas prerrogativas inalcanzables para el pobre mortal.

Ahora mismo en este tiempo, todos los cultos de la Tierra persiguen una idea narcisista por la cual, YO me siento bien. YO voy al cielo, YO soy generoso, YO soy bueno.etc. etc… cuando en realidad el “YO” que te impulsa a tales afanes no es sino un narcisismo egocéntrico que nada tiene que ver con la espiritualidad.

Todo está jerarquizado en el planeta Tierra, pues nos hemos olvidados de la vieja enseñanza. Porque al seguir a un Ser, todos los que están por detrás no son sino distintos, distantes y seguidores del ser adorado. Y el concepto de integración de todo el conjunto requiere de la anulación del yo, de la ausencia de la jerarquización y de la ausencia de un dios distante y super-poderoso que jamás podremos alcanzar. Imaginad a este respecto un antiguo viajero de los Dioses Sumerios que retorna a la Tierra y contempla tres personajes de nuestro tiempo:

a) Visita a Bill Gates el magnate informático más poderoso del planeta con cientos de miles de millones de dólares.
 
b) Un parado de Vallecas, que con la ayuda familiar de 400 euros que cobra del paro alimenta a cinco de familia.

c) Una pobre mujer somalí, que con 28 años tiene ya 10 hijos y que en los próximos meses se quedará con solo uno o dos, pues se van a morir todos de hambre.

Este viajero de los dioses se volvería corriendo a las moradas celestes al comprobar que los seres humanos estamos peor que al principio de los tiempos. Que el modelo de la jerarquización nos está aniquilando y que la injusticia, del desamor, y la violencia campa por sus fueros en todos los territorios del planeta.

A este proceso se le llama democracia y la grandeza de la democracia es que usando la libertad, nada impide al currante de Vallecas que un día consiga superar a Bill Gates y que la mujer somalí termine siendo “miss Somalía” y se case con un príncipe azul rico y poderoso.

En el modelo jerarquizado que poseemos en la tierra, nuestros ídolos y el de nuestros hijos son casi divinos. De esta manera comprobamos que un corredor de coches gana al año 25 millones de euros por el deslumbrante mérito de mover el volante de un coche y otro señor en otro lado tiene como mérito saber meter un balón en un aro o en una red y por esta habilidad, además de ser el modelo maravilloso que sal en las revistas, se embolsa cientos de millones de euros, en el mismo tiempo en que ese día en nuestro planeta se mueren 70.000 personas de hambre en cada jornada.

Y todo esto es posible porque el modelo ético y moral por el que nos movemos esta jerarquizado y sigue el patrón etológico de la naturaleza por el cual el pez grande se come al pequeño y la hembra más dotada, que mejor mueve las plumas, se casa con el macho más musculado y más ruidoso de la manada.

No vale el hacer las cosas para ser mejor persona, para ser bueno, para ir la cielo, para estar con Dios. No vale, absolutamente de nada, puesto que todo esto encierra un comportamiento egocéntrico, narcisista y jerarquizante.

Dios está en un 60% en la mujer somalí,. En un 35% en el currante de Vallecas y en un 15% en Bill Gates. Sola cuando consigamos que los tres estén al 33% igualados, en sus necesidades materiales y psicofísicas podremos dejar el 1% que resta para emplear nuestro tiempo en adoraciones banales a dioses culturales, creados por hombres equivocados.

Siempre cuento el mismo ejemplo, pero es que resulta perfecto para intentar explicar cuanto quiero decir: “Cierto día estando meditando se me apareció en dicha meditación un lama tibetano y me dijo: - “Me van a matar y vengo a ti atraído por tu meditación, pues yo también estoy meditando (Esto se dio en la última protesta del pueblo y monjes tibetanos en el Tibet, que fue reprimida por los chinos con mucha violencia) el monje me preguntó: ¿Para qué meditas?...yo le respondí – Para conseguir ser más equilibrado, ser mejor persona, tener paz y ser espiritual. Yo le pregunté a su vez a él.. -¿Y para que meditas tu? El monje me dijo: - Observa… y vi al monje meditando y proyectando su cuerpo astral al interior del Himalaya para parar el movimiento de una placa tectónica, pues iba a haber un terremoto. Me sentí avergonzado. Pues yo solo meditaba para mi, para conseguir hacer crecer mi ego y mi narcisismo espiritual y este hombre, habiéndose despersonificado de su ego se había fundido con la Tierra para evitar una catástrofe.

Solo cuando me observo que estoy en tal o cual puesto de la escala evolutiva y miro por detrás y por delante a los que me siguen. Comienzo a evolucionar hacia la conquista de una mejor posición en la escala de la manada. Solo cuando culturalmente me dicen que este es más guapo, más grande, más rico y más santo, comienzo a caminar hacia la conquista de puestos más propicios para sentirme bien.

Nuestros dioses culturales son modelos de referencia seguir y a imitar, y esto además de ser imposible, puesto ellos, eran solo ellos, con sus propias necesidades evolutivas, no deja de ser absurdo en la media que me descentra de mi propio camino y mi propia experiencia para seguir el sendero de un modelo que no es el mío sino el de otro. Claudia Shiffer es ella, con sus necesidades y sus experiencias vitales y Jesucristo, además de ser de otro tiempo, fue él con su realización personal e intransferible. Yo soy yo, y tengo que atender a mis carencias personales y entender que Dios esta y es la conciencia planetaria. Un labrador que siembra el campo, que da gracias a Gaia o inteligencia terrestre por el fruto recibido, que con ese fruto lo comparte con su vecino y que con las sobras de de comer a los pájaros y hacer crecer la vida en el rio, preserva el árbol y contempla agradecido el amanecer; esta y es UNO CON DIOS. Mientras que estando rezando todo el día y meditando para ser más bueno, más santo o más espiritual, tan solo alimenta nuestro narcisismo espiritual y no te vale de nada.

Si hacemos una pequeña meditación y dejamos que nuestro espíritu nos de respuestas, veremos que ahora más que nunca casi todos los valores por los que luchamos, las religiones y los dogmas por los que nos movemos están equivocados. Y están equivocados porque si tenemos 70.000 muertos de hambre al día esto no deja de ser un rotundo fracaso ético, moral y espiritual. Comienza el tiempo del indio piel roja.

Comienza el tiempo del Druida, comienza el tiempo de resurrección de los antiguos dioses de la naturaleza. Regresan los enviados de los antiguos dioses Sumerios y nos dicen que estamos torciendo el rumbo, puesto que el fruto de nuestras doctrinas y valores están auto-aniquilándonos.

Y no vale frustrar nuestra conciencia diciendo la culpa es de los políticos o de los banqueros o de los sacerdotes. El ser humano está absolutamente solo en este periodo de la historia. Hemos roto todas las barreras de solidaridad y vivimos egoísticamente más solos que nunca, con nuestro Iphone, nuestra televisión, nuestro coche y nuestro equipo preferido de futbol. Atrincherándonos en nuestra visión egocéntrica del mundo, en nuestra fanática perspectiva moral.

Nos quejamos de nuestros políticos, sin darnos cuentas que son exactamente iguales que nosotros, que han estudiado en el mismo colegio, que han recibido la misma educación y que siguen los mismos patrones culturales que nosotros mismos. Mirad a vuestro alrededor y deciros a vosotros mismos, quien de vuestro amigos, familia y conocidos sería mejor político que el que ahora manda. Os daréis cuenta que no os fiais de nadie, que estáis solos y que nadie de vuestro entorno tiene la categoría moral para ser mejor de los que alegremente juzgamos. No están equivocadas estas u otras personas, está equivocado TODO UN SISTEMA, LOS VALORES MORALES, LOS PARADIGMAS RELIGIOSOS Y LOS CONCEPTOS ETICOS Y MORALES POR LO QUE SE MUEVE ELMUNDO. Y esto es así, puesto que la ausencia de estos valores ha hecho que el mundo sea dirigido por banqueros e intereses económicos.

O tomamos la conciencia planetaria y adoramos a los dioses antiguos que eran los planetas, nuestra bendita tierra Tiamat, Era o Gaia, o no encontraremos la senda de la paz y de la armonía universal. O Enterramos a los Jesucristos, Mahomas, Budas.etc.etc. y nos volvemos pieles rojas, druidas y magos merlines o no encontraremos la senda del conocimiento. En la conciencia Tiamat no es posible matar ni una simple gusana, ni cortar un árbol si no es para plantar dos más. En la Conciencia Terrestre, si respetamos la vida de un simple gusano, ¿Cómo podemos dejar morir a un hombre de hambre? En la conciencia de la Gran Madre Terrestre, todo evoluciona en conjunto, Dios es todo y está en el todo y no hay Jerarquía, ni hay santos, ni más evolucionados y unos que tienen razón o no, pues la evolución en conjunto ordenada y pacífica es la única razón existencial que hay que vivir y atender. Si miras bien y reflexionas en cada uno de tus pensamientos, actos y actitudes, verás que todos están dirigidos a la autosatisfacción, al narcisismo espiritual y a la conquista e un puesto más evolucionado en la jerarquización de la manada humana.

Si por el contrario te sientas en una roca y escuchas lo que la tierra te dice, verás que esta gran diosa tan solo te pide agua, porque está seca. Y la evolución, aunque te parezca estúpido, pasa por que en ese momento viertas un poco de agua junto a la piedra que empleas de asiento. Si sigues escuchando verás que la siguiente demanda del conjunto planetario te habla de vivir de una manera absolutamente distinta a la que estás viviendo. Ten la seguridad, de que Gaía no te dirá que vayas hoy a una iglesia a rezar, a realizar un curso de auto-conocimiento o a hacerte una liposucción para estar más guapo.

Los cambios planetarios no se hacen cambiando a los políticos de turno que tenemos ahora en el poder, sino alejándonos de un sistema equivocado para vivir más autosuficientemente y con más compromiso con la conciencia terrestre. En vez de darme un arenga sobre lo mal que lo hacen estos u otro, ¿No será mejor, plantar un árbol, dejar de consumir y alimentar la vanidad y las arcas de los poderosos y no darles apoyo ni votos, no tanto a tal o cual político de turno, sino a todo un sistema equivocado…?

Con 6.000.000 de parados es un delito moral votar en las elecciones derrocando a uno para poner en el poder a otro que estudió dos meses más atrás en el mismo colegio. Está mal el sistema pues nos hemos alejado del verdadero modelo evolutivo. Gandhi al comprobar que se especulaba con el lino y el cáñamo que los agricultores sacaban de la Tierra, se puso a hacer su propia ropa. Marchó al mar a tomar su propia sal y dejo de subir en los autobuses pues eran caros y malos. Y de esa manera, sin alimentar el sistema, sin perder la energía denunciando a unos y otros, consiguió la independencia de la India.

Si queremos un cambio planetario de nada vale estar todo el día denunciando lo que está mal o bien, sino poniéndose en marcha, hoy plantando un tomate en el tiesto de la terraza, mañana apagando un bosque, pasado mañana ayudando a un parado y al otro practicando la solidaridad del modelo planetario, del derecho natural y del culto a los antiguos dioses sumerios que eran los planetas y no las personas y las instituciones humanas.

Si sabes que a los chinos les explotan en las fábricas textiles en la confección de tejidos que luego se venden en nuestros países, simplemente no compres esa ropa. Si sabes que esta compañía vende un producto y con los beneficios hacer aviones de combate, simplemente no lo compres. Si son los bancos los culpables de la crisis, y tienes dinero, pues no lo metas en los bancos. Si el sistema político de un país está mal, pues no lo votes y vive de otra manera. Si sabes que un piso en la Gran Via vale una millonada, pues cómprate una casa en las afueras, pon una huerta y gallinas y vive con más naturalidad compartiendo tus huevos con la miel del vecino que vive en la montaña. Etc.Etc.

Esto trataba de ser un trabajo antropológico, pero veo que se ha convertido en una reivindicación casi revolucionaria, quizás porque los efluvios de la crisis en que vivimos contaminan nuestra alma y nuestro cerebro y la pena de comprobar cómo nos vamos a la deriva, exaltan nuestra pequeña ira interior.

En todo caso es una reflexión en voz alta sobre la conciencia planetaria y el Egocentrismo narcisista espiritual.

Es una colaboración de: LICE MORENO



sábado, 26 de mayo de 2012

PARA REFLEXIONAR EN EL FIN DE SEMANA

CLAVES PARA CONOCERSE MEJOR UNO MISMO

¿QUÉ HAY DE NOSOTROS?
No hay amor suficiente capaz de llenar el vacío de una persona que no se ama a sí misma.

Muchos de nosotros todavía no hemos encontrado ese poder que andamos buscando. Al vivir desconectados de nuestro corazón, intuimos que nos falta algo esencial para ser felices. De ahí que haya personas que no soporten estar consigo mismas, sin hacer nada, a solas con su vacío interior. Y dado que la sociedad nos condiciona para creer que el amor hacia nosotros mismos es un acto de egoísmo, vanidad y narcisismo, solemos esperar que los demás nos amen para dejar de sentirnos incompletos e insatisfechos.

Pero esta búsqueda está condenada al fracaso, pues es precisamente nuestra conexión interna lo único que falta en nuestra vida. Más allá del placer y la satisfacción temporal que nos proporcionan el éxito y la respetabilidad, así como el consumo y el entretenimiento, lo que en realidad necesitamos para ser felices ya se encuentra en nuestro corazón. Seamos honestos: ¿cuánto tiempo, dinero y energía dedicamos en conocernos, cuidarnos y mimarnos? ¿Cuándo fue la última vez que sentimos paz? ¿Qué hemos hecho recientemente para amarnos?

Como en cualquier otro ámbito de la vida, gozar de un saludable bienestar emocional es una cuestión de comprensión, compromiso y entrenamiento.

DE LA ESCASEZ A LA ABUNDANCIA
La vida te trata tal y como tú te tratas a ti mismo.

Amarse a uno mismo no tiene nada que ver con sentimentalismos ni cursilerías. Se trata de un asunto bastante más serio. Al hablar de amor, nos referimos a los pensamientos, palabras, actitudes y comportamientos que nos profesamos a nosotros mismos. Así, amarnos es sinónimo de escucharnos, atendernos, aceptarnos, respetarnos, valorarnos y, en definitiva, ser amables con nosotros en cada momento y frente a cualquier situación.

El primer paso para amarnos consiste en conocernos, comprendiendo cómo funcionamos para diferenciar lo que deseamos de lo que verdaderamente necesitamos para ser felices. Y aunque en un primer momento lo parezca, este proceso de autoconocimiento no es un fin en sí mismo. Es el medio que nos permite adueñarnos de nuestra mente, superando a través de la aceptación y el amor nuestros miedos, complejos y frustraciones.

Emocionalmente hablando, solo podemos compartir con los demás aquello que primero hemos cultivado en nuestro corazón. Si no aprendemos a ser felices de forma autónoma e independiente, es imposible que podamos ser cómplices de la felicidad de las personas que nos rodean.

No en vano, al vivir tiranizados por nuestras carencias, nos relacionamos desde la escasez, pendientes de que los demás nos den eso que no hemos sabido darnos. Por el contrario, al conectar con nuestra fuente interna de bienestar y dicha, entramos en la vida de los demás desde la abundancia, ofreciéndoles lo mejor de nosotros sin necesitar ni esperar nada a cambio.

ILUMINAR NUESTRA SOMBRA
La luz es demasiado dolorosa para quienes viven en la oscuridad.

Por más buenos que creamos ser, todos funcionamos mediante creencias, motivaciones, aspiraciones, deseos, actitudes y conductas egocéntricas, muchas de las cuales no queremos ver ni reconocer. Por eso, cuando alguien señala nuestros defectos y debilidades solemos ponernos a la defensiva. Más allá de esta reacción infantil, la madurez emocional pasa por comprender y aceptar nuestro lado oscuro, al que los psicólogos denominan “sombra”. Paradójicamente, así es como podemos trascenderlo, dejando de proyectar nuestros conflictos internos sobre los demás y sobre el mundo que nos rodea.

Amarse a uno mismo también consiste en sanar las heridas emocionales derivadas de nuestros conflictos internos. Dado que somos especialistas en huir del dolor, al llegar a la edad adulta solemos tapar y protegernos de dichas heridas tras una máscara del agrado de los demás. Y de tanto llevarla puesta, corremos el riesgo de olvidarnos quiénes éramos antes de ponérnosla. Así, para poder ir pelando las capas de la cebolla que nos separan de nuestra verdadera esencia, es muy recomendable adentrarnos en la meditación.

No en vano, el silencio y la soledad permiten que aflore nuestra verdad. Basta con que de vez en cuando dediquemos un rato a estar solos, sin ruidos ni distracciones, observando todas aquellas sensaciones que vayan brotando en nuestro interior, por muy molestas y desagradables que sean. Esta incomodidad–a la que solemos etiquetar como “aburrimiento”– pone de manifiesto que no estamos conectados con nuestro corazón. Y en vez de evitar a toda costa entrar en contacto con nuestro malestar, el aprendizaje consiste en armarnos de valentía para traspasar esta cortina de dolor a través de la aceptación. De hecho, solo cuando lo canalizamos de forma consciente y constructiva podemos liberarnos de su presencia.

DEJAR DE AUTO-PERTURBARNOS
Cuando te amas a ti mismo dejas de encontrar motivos para luchar, sufrir y entrar en conflicto con la vida.

Cuando tomamos el compromiso de amarnos, lo que en verdad estamos asumiendo es la responsabilidad de crear en nuestro interior los resultados de bienestar que antes solíamos delegar en factores externos. Y esto pasa por cuidar nuestro cuerpo y nuestra alimentación. También por encontrar un sano equilibrio entre la actividad, el descanso y la relajación. E incluso por elegir con quién nos relacionamos y a qué nos dedicamos profesionalmente. El síntoma más evidente de que estamos cultivando el amor hacia nosotros mismos es un aumento notable de nuestra energía vital, lo que mejora nuestra salud física y emocional.

Además, al llevar un estilo de vida coherente y equilibrado podemos enfrentarnos al mayor reto de todos: recuperar el control sobre nuestra mente. Solo así podemos nutrir y reforzar nuestra autoestima. Y esto pasa por dejar de perturbarnos por no alcanzar el ideal de la persona que deberíamos ser, al tiempo que comenzamos a aceptarnos y amarnos por la persona que somos.

Al adueñarnos de nuestros pensamientos nos convertimos en los creadores de nuestra experiencia interior. Es decir, de nuestras emociones, sentimientos y estados de ánimo. Y al adueñarnos de nuestra experiencia interior nos convertimos en los amos de nuestro destino. Se sabe que nos amamos cuando ningún comentario, hecho o situación provoca que reaccionemos mecánica e instintivamente. Metafóricamente, a esta “libertad psicológica” también se la denomina “el poder de la divinidad”.

LA VERDADERA RIQUEZA
Sólo poseemos aquello que no podemos perder en un naufragio.

Cuenta una historia que un viajero había llegado a las afueras de una aldea y acampó bajo un árbol para pasar la noche. De pronto, llegó corriendo un joven que, entusiasmado, le gritó: “¡Dame la piedra preciosa!” El viajero lo miró desconcertado y le preguntó: “Lo siento, pero no sé de qué me hablas”. Más calmado, el aldeano se sentó a su vera. “Ayer por la noche una voz me habló en sueños”, le confesó. “Y me aseguró que si al anochecer venía a las afueras de la aldea, encontraría a un viajero que me daría una piedra preciosa que me haría rico para siempre”.

El viajero rebuscó en su bolsa y extrajo una piedra del tamaño de un puño.“Probablemente se refería a ésta. Me pareció bonita y por eso me la quedé. Tómala, ahora es tuya”, dijo, mientras se la entregaba al joven. ¡Era un diamante! El aldeano, eufórico, lo cogió y regresó a su casa dando saltos de alegría. Mientras el viajero dormía plácidamente bajo el cielo estrellado, el joven no podía pegar ojo.

El miedo a que le robaran su tesoro le había quitado el sueño y pasó toda la noche en vela. Al amanecer, fue de nuevo corriendo en busca de aquel viajero. Nada más verlo, le devolvió el diamante. Y muy seriamente, le suplicó:“Por favor, enséñame a conseguir la riqueza que te permite desprenderte de este diamante con tanta facilidad”.

viernes, 25 de mayo de 2012

LA INDEPENDENCIA EMOCIONAL

“Al principio de nuestra vida, y una vez más cuando envejecemos, nos hacen falta la ayuda y el cariño de los demás. Desgraciadamente, entre estos dos periodos de nuestra vida, durante el tiempo en el que somos fuertes y capaces de cuidar de nosotros mismos, descuidamos el valioso cultivo del cariño y de la compasión. Puesto que nuestra propia vida comienza y termina con necesidad de afecto, ¿no sería mejor que practicásemos la compasión y el amor hacia los demás mientras somos fuertes y capaces?” La cita es del actual Dalai Lama.

Es verdaderamente curioso observar cómo nos enorgullecemos de nuestra independencia emocional. Aunque, claro está, tal cosa sea muy cuestionable: seguimos necesitando a los demás durante toda nuestra existencia, sólo que resulta “vergonzoso” demostrarlo, y entonces preferimos llorar ocultamente.

Y si alguien nos pide ayuda, es que se trata de un sujeto débil, de alguien incapaz de controlar sus sentimientos.

Hay una ley no escrita que dice que “el mundo es de los fuertes”, y que “sobrevive apenas el más apto”. Si esto fuese cierto, la especie humana no habría podido subsistir, pues sus individuos necesitan protección durante un largo periodo de tiempo (los especialistas dicen que apenas podemos valernos por nosotros mismos después de los nueve años de edad, mientras que una jirafa lo consigue en ocho meses como máximo, y una abeja alcanza su independencia en menos de cinco minutos).

Estamos en este mundo. Por lo que a mí respecta, yo sigo –y seguiré siempre– dependiendo de los demás. Dependo de mi mujer, de mis amigos, de mis editores.

Dependo incluso de mis enemigos, que me ayudan a permanecer siempre adiestrado en el uso de la espada.

Desde luego, hay momentos en los que este fuego avanza en otra dirección, pero yo nunca dejo de preguntarme:
¿Dónde están los otros?
¿Acaso me aislé demasiado?
Como a cualquier persona sana, también me hace falta la soledad, el tiempo de la reflexión.

Pero esto no debe convertirse en un vicio.

La independencia emocional no conduce absolutamente a ninguna parte, a no ser a una pretendida fortaleza, cuyo único e inútil objetivo es impresionar a los demás. La dependencia emocional, por su parte, es como una hoguera que encendiéramos.

Al principio, las relaciones son difíciles. De la misma manera, con el fuego hay que conformarse primero con el desagradable humo, que dificulta la respiración y arranca las lágrimas.

Sin embargo, una vez encendido el fuego, el humo desaparece, y las llamas lo iluminan todo, transmitiendo calor, calma, y, de cuando en cuando, haciendo saltar alguna brasa que nos quema, pero que también anima nuestra relación. ¿No están de acuerdo?

Es una colaboración de: M.C.S.

miércoles, 23 de mayo de 2012

INVENTARIO FINAL

Imagínate que La vida es como una empresa. Se trata de contar con unos recursos, en este caso con nuestra particular caja de herramientas donde están todos nuestros talentos, con un proyecto, que puede centrarse en nuestros objetivos a corto o largo plazo, una dedicación, tiempo de entrega a cada fase del proyecto vital, el necesario compromiso con nosotros mismos y los compromisos con todos aquellos/as que encontraremos a lo largo de la aventura de vivir y de llevar a la práctica las claves del camino que serán las que siempre nos recuerden, la intención inicial.

Al final, lo que todos deseamos es un saldo positivo del plan de vida original, que en la aventura de la vida se resume en muy pocas palabras: ser feliz.

Es decir que cuando hagamos el inventario final, el saldo de momentos felices a lo largo de nuestra vida, sea mayor que el saldo de momentos no tan felices.

Para ello, hay que entender el mensaje que traemos con nosotros cuando llegamos a este mundo. Somos un abanico de experiencias esperando a desplegarse para aprender las vivencias emocionales más increíbles.

Ser feliz no es sinónimo de tener mayor cantidad de objetos, ni mejores condiciones materiales, ni siquiera posición social o poder vital.

Hay personas que teniéndolo todo se cambiarían por el que puede sonreír abiertamente o el que tiene ilusión por los detalles más simples.

Al igual que venimos con la consigna en nuestra mente y nuestro corazón de la necesidad de ser feliz, llegamos también sabiendo serlo con cualquier cosa. Los niños ejercitan a las mil maravillas esta disponibilidad porque están abiertos al mundo.

Nadie les es extraño, nada les parece poco, nada les sobra tampoco. Son capaces de emocionarse con lo insignificante y hacen de ello una razón inmediata para ser feliz al instante.

Eso es lo que necesitamos, razones simples que nos hagan ilusionarnos por cada tramo del día. Con la edad nos vamos olvidando de lo necesario que es dejar pasar los rayos del sol a través de nuestra ventana.

De permitir que se posen sobre la piel del alma y de conseguir que iluminen nuestra sonrisa olvidada en los problemas que nos asolan a diario.

Voy a contaros un breve cuento que tiene mucho que decir en este canto a la felicidad, tan importante es saber que no es necesario acumular riquezas para ser feliz, como que tampoco debemos no ser felices por lo que los demás hacen o dicen: ...

Maestro, ¿qué debo hacer para no sentirme mal y estar siempre feliz?.. Algunas personas hablan demasiado, otras son ignorantes. Algunas son indiferentes. Siento odio por aquellas que son mentirosas y sufro con aquellas que calumnian.

¡Pues, vive como las flores!, advirtió el maestro.

Y ¿cómo es vivir como las flores?, preguntó el discípulo.

Pon atención a esas flores -continuó el maestro, señalando unos lirios que crecían en el jardín.

Ellas nacen en el estiércol, sin embargo son puras y perfumadas.

Extraen del abono maloliente todo aquello que les es útil y saludable, pero no permiten que lo agrio de la tierra manche la frescura de sus pétalos.

Es justo angustiarse con las propias culpas, pero no es sabio permitir que los vicios de los demás te incomoden. Los defectos de ellos son de ellos y no tuyos. Y si no son tuyos, no hay motivo para molestarse...

Ejercita pues, la virtud de rechazar todo el mal que viene desde afuera y perfuma la vida de los demás haciendo el bien.

Vive como las flores y siempre estarás feliz ayudando a los demás a estarlo también.

Ser feliz siempre es una DECISIÓN que no podemos dejar que dependa de las circunstancias.

No debemos, tampoco, entregar la llave de esa felicidad a un carcelero que desde ese momento sea dueño de ella.

Hay que ejercitar todo un aprendizaje paulatino que nos enseñe a tomar actitudes diferentes donde solemos poner acritud, malos gestos y peores palabras.

Que en definitiva, nos deje convencidos de que nada ni nadie puede cambiar lo que decidamos en nuestro interior y que esa seguridad sea nuestra fuerza, el motor de nuestro espíritu.

Me gustaría terminar mi tiempo con un inventario positivo cuyo cómputo temporal sea algo más que unos días…

Y eso solo depende de mí de saber a lo largo de mi vida crear las circunstancias que hagan posible que mis deseos de tener un inventario positivo al final se puedan lograr.

lunes, 21 de mayo de 2012

SER RESPONSABLE

TANTO LA CREATIVIDAD COMO LA LIBERTAD SE EJERCEN EN LA ESENCIA DE LA RESPONSABILIDAD. RESPONSABLE NO ES SER CULPABLE, TAL COMO PODRÍA DESPRENDERSE DEL USO COTIDIANO DE ESE TÉRMINO.

RESPONSABLE ES EL QUE DA RESPUESTA. RESPONSABLE, DICHO MÁS CLARAMENTE, ES EL QUE ES CONSCIENTE DE SÍ MISMO. ES EL QUE DICE: SÍ, AQUÍ ESTOY CON MI ACCIÓN, Y LA RESPALDO.

QUIZÁ TENGA RAZÓN, O QUIZÁ NO, PERO SOY ESO QUE HAGO. LO ASUMO, Y ACEPTO LA RESPONSABILIDAD QUE DE MIS ACCIONES SE DERIVEN.      
Y si respondemos, entonces, es porque nos sentimos interpelados. Si no, no respondemos. Y bajo esa misma lógica: Sentirnos interrogados y dar una respuesta es asumir un lugar en la existencia.

Lo que hacemos nos coloca en un determinado lugar, y en función de ese lugar es desde donde contestamos. Somos llamados a dar respuesta por el ejercicio de nuestros conocimientos, de nuestros talentos, de nuestros atributos, de nuestros valores y de nuestras virtudes.

Por eso un ejercicio de autentica responsabilidad es el preguntarnos en un trabajo de auto critica, diariamente como hemos resuelto las situaciones que el día a día nos pone delante.

SI SOMOS SERES CREATIVOS: ¿CUÁN CREATIVOS FUIMOS? SI SOMOS SERES LIBRES: ¿CUÁNTA LIBERTAD FUIMOS CAPACES DE DESPLEGAR?      
Este ejercicio de la responsabilidad, al igual que la mayoría de los trabajos relacionados con el conocimiento espiritual, requiere de ciclos orgánicos. ¿Cómo nos hacemos responsables? Primero, dijimos, asumiendo la interpelación.
Todo proyecto, todo vínculo, toda dimensión donde se despliega nuestra existencia es una interpelación a lo que respondemos.

Tenemos que saber escuchar la pregunta y presentarnos.      

Pero para ello hay que tener ritmos. No podemos estar todo el tiempo contestando todo. Es esencial ordenarnos de acuerdo con alguna clase de biorritmo existencial. Pensemos en un contexto familiar. Allí, por ejemplo, debemos asumir la tarea de responder como padres frente a nuestros hijos.

Ahora bien, ¿de qué manera? Acordando con nosotros mismos un tiempo prudencial y sensato en el que podamos ejercitar esa responsabilidad de manera efectiva, sin alienarnos. Si tenemos que responder como padres toda la noche, nos va a costar bastante sostenerlo (si es que lo logramos). Lo mismo se puede aplicar a otros vínculos: parejas, amigos, hermanos.
Hay otras responsabilidades, en cambio, que –en función de su propia lógica– nos exigen tiempos de reacción diferentes. En un trabajo, por ejemplo, actuamos regidos por un sistema de control, y si somos convocados difícilmente podamos imponer nuestros propios ritmos orgánicos.
En esos casos, la responsabilidad nos llama y debemos responder de acuerdo a un biorritmo externo. En este sentido, ponerle discernimiento a esos distintos niveles de responsabilidades es una manera de administrarlos.

Tratemos de buscar un sano equilibrio: No nos escondamos, no eludamos la tarea, pero tampoco vivamos atormentados y perseguidos por la idea de que estamos todo el tiempo bajo auditoría existencial y siempre en posición de dar respuesta.

Nuestra actitud correcta y coherente, ha de ser la de transmitir a todos aquellos que nos necesiten que estamos siempre en disposición de ayuda y mientras nuestra ayuda no sea requerida, llevar a la práctica, una de las leyes más sabias que tiene la naturaleza, que no es otra que la de ……..FLUIR CON LA VIDA.