lunes, 31 de mayo de 2010

MEMORIAS Y PROFECÍAS DE UN DIOS

Como fue creado el ser humano, según la visión de Zecharia Sitchin

Zecharia Sitchin nacido en 1922 es un autor de libros populares que promueven la teoría del astronauta antiguo, el supuesto origen extraterrestre de la humanidad, la cual atribuye la creación de la cultura sumeria a los Annunaki (o Nefilim) del planeta llamado Nibiru en el sistema solar.
Educado en Palestina y licenciado en Historia Económica por la London School of Economics and Political Science, conoce en profundidad el hebreo clásico y el moderno, y lee el sumerio así como otros idiomas antiguos de oriente. Ha traducido y reinterpretado antiguas tablillas e inscripciones de los pueblos donde surgieron las primeras civilizaciones. Actualmente vive en Nueva York.
Afirma que la Mitología sumeria refleja este punto de vista; contrariamente sus especulaciones han sido completamente descartadas por científicos, historiadores y arqueólogos, que ven demasiados problemas tanto en su traducción de textos antiguos como en su comprensión de la física.1
A partir de su interpretación de poemas sumerios y acadios, de inscripciones hititas y de tablillas sumerias, acadias, babilónias y cananeas, además de los jeroglíficos egipcios, mezclándolo y relacionándolo todo con los libros del Antiguo Testamento, el Libro de los Jubileos y otras fuentes, ha llegado a conclusiones que en su opinión, le permiten abordar la historia de la humanidad y del planeta Tierra desde una óptica absolutamente sorprendente.

Su página web oficial es:
www.sitchin.com

INTRODUCCIÓN

Hace unos 445.000 años, astronautas de otro planeta llegaron a la Tierra en busca de oro.

Tras amerizar en uno de los mares de la Tierra, desembarcaron y fundaron Eridú, «Hogar en la Lejanía». Con el tiempo, el asentamiento inicial se extendió hasta convertirse en la flamante Misión Tierra, con un Centro de Control de Misiones, un espaciopuerto, operaciones mineras e, incluso, una estación de paso en Marte.

Escasos de mano de obra, los astronautas utilizaron la ingeniería genética para darle forma a los Trabajadores Primitivos - el Homo sapiens. Más tarde, el Diluvio barrió la Tierra en una inmensa catástrofe que hizo necesario un nuevo comienzo; los astronautas se convirtieron en dioses y le concedieron la civilización a la Humanidad, transmitiéndosela a través del culto. Después, hace unos cuatro mil años, todo lo conseguido se desmoronó en una catástrofe nuclear provocada por los visitantes en el transcurso de sus propias rivalidades y guerras.

Todo lo ocurrido en la Tierra, y especialmente los acontecimientos acaecidos desde el inicio de la historia del ser humano, lo ha recogido Zecharia Sitchin en su serie de Crónicas de la Tierra, a partir de la Biblia, de tablillas de arcilla, de mitos de la antigüedad y de descubrimientos arqueológicos. Pero, ¿qué ocurrió antes de los acontecimientos en la Tierra, qué ocurrió en el propio planeta de los astronautas, Nibiru, que les llevó a los viajes espaciales, a su necesidad de oro y a la creación del Hombre?

¿Qué emociones, rivalidades, creencias, morales (o ausencia de éstas) motivaron a los principales protagonistas en las sagas celestes y espaciales? ¿Cuáles fueron las relaciones que llevaron a una escalada de la tensión en Nibiru y en la Tierra, qué tensiones surgieron entre viejos y jóvenes, entre los que habían llegado de Nibiru y los nacidos en la Tierra? ¿Y hasta qué punto lo sucedido vino determinado por el Destino -un destino cuyo registro de acontecimientos del pasado guarda la clave del futuro?

¿No sería prometedor que uno de los principales protagonistas, un testigo presencial que podía distinguir entre Suerte o Hado y Destino, registrara para la posteridad el cómo, el dónde, el cuándo y el porqué de todo, los Principios y los Finales?

Pues eso es, precisamente, lo que algunos de ellos hicieron; ¡y entre los principales de éstos estuvo el líder que comandó el primer grupo de astronautas!

Tanto expertos como teólogos reconocen en la actualidad que los relatos bíblicos de la Creación, de Adán y Eva, del Jardín del Edén, del Diluvio o de la Torre de Babel se basaron en textos escritos milenios antes en Mesopotamia, en especial escritos por los sumerios. Y éstos, a su vez, afirmaban con toda claridad que obtuvieron sus conocimientos acerca de lo acontecido en el pasado (muchos de ellos de una época anterior al comienzo de las civilizaciones, incluso anterior al nacimiento de la Humanidad) de los escritos de los Anunnaki («Aquellos Que del Cielo a la Tierra Vinieron»), los «dioses» de la antigüedad.

Como resultado de un siglo y medio de descubrimientos arqueológicos en las ruinas de las civilizaciones de la antigüedad, especialmente en Oriente Próximo, se han descubierto un gran número de estos primitivos textos; los hallazgos han revelado un gran número de textos desaparecidos -los llamados libros perdidos- que, o bien se mencionaban en los textos descubiertos, o se inferían a partir de ellos, o era conocida su existencia debido que habían sido catalogados en las bibliotecas reales o de los templos.

En ocasiones, los «secretos de los dioses» se revelaron en parte en relatos épicos, como en la Epopeya de Gilgamesh, que desvelan el debate que tuvo lugar entre los dioses y que llevó a la decisión de que la Humanidad pereciera en el Diluvio, o en un texto titulado Atra Hasis, que recuerda el motín de los Anunnaki que trabajaban en las minas de oro y que llevó a la creación de los Trabajadores Primitivos -los Terrestres. De cuando en cuando, los mismos líderes de los astronautas fueron los que crearon las composiciones; a veces, dictando el texto a un escriba, como en el titulado La Epopeya de Erra, en el cual uno de los dos dioses que desencadenaron la catástrofe nuclear intentó inculpar a su adversario; a veces, haciendo de escriba el mismo dios, como ocurre con el Libro de los Secretos de Thot (el dios egipcio del conocimiento), que el mismo dios había ocultado en una cámara subterránea.

Según la Biblia, cuando el Señor Dios Yahveh le dio los Mandamientos a su pueblo elegido, los inscribió en un principio por su propia mano en dos tablas de piedra que le entregó a Moisés en el Monte Sinaí. Pero, después de que Moisés arrojara y rompiera estas tablas como respuesta al incidente del becerro de oro, las nuevas tablas las inscribió el mismo Moisés, por ambos lados, mientras permaneció en el monte durante cuarenta días y cuarenta noches, tomando al dictado las palabras del Señor.

Si no hubiera sido por un relato escrito en un papiro de la época del faraón egipcio Khufu (Keops) concerniente al Libro de los Secretos de Thot, no se habría llegado a conocer la existencia de ese libro. Si no hubiera sido por las narraciones bíblicas del Éxodo y el Deuteronomio, nunca habríamos sabido nada de las tablas divinas ni de su contenido; todo esto se habría convertido en parte de la enigmática colección de los «libros perdidos» cuya existencia nunca habría salido a la luz. Y no resulta tan doloroso el hecho de que, en algunos casos, sepamos que hayan existido determinados textos, como que su contenido permanezca en la oscuridad. Éste es el caso del Libro de las Guerras de Yahveh y del Libro de Jasher (el «Libro del Justo»), que se mencionan específicamente en la Biblia. En al menos dos casos, se puede inferir la existencia de libros antiguos (textos primitivos conocidos por el narrador bíblico).

EL capítulo 5 del Génesis comienza con la afirmación «Éste es el libro del Toledoth de Adán», traduciéndose normalmente el término Toledoth como «generaciones», pero su significado más preciso es «registro histórico o genealógico». De hecho, a lo largo de milenios, han sobrevivido versiones parciales de un libro que se conoció como el Libro de Adán y Eva en armenio, eslavo, siriaco y etíope; y el Libro de Henoc (uno de los llamados libros apócrifos que no se incluyeron en la Biblia canónica) contiene fragmentos que, según los expertos, pertenecieron a un libro mucho más antiguo, el Libro de Noé.

Un ejemplo que se menciona con frecuencia sobre el gran número de libros perdidos es el de la famosa Biblioteca de Alejandría, en Egipto. Fundada por el general Tolomeo tras la muerte de Alejandro en el 323 a.C, se dice que contenía más de medio millón de «volúmenes», de libros inscritos en diversos materiales (arcilla, piedra, papiro, pergamino).

Aquella gran biblioteca, donde los eruditos se reunían para estudiar el conocimiento acumulado, se quemó y fue destruida en las guerras que se desarrollaron entre el 48 a.C. y la conquista árabe, en el 642 d.C. Lo que ha quedado de sus tesoros es una traducción al griego de los cinco primeros libros de la Biblia hebrea, y fragmentos que se conservaron en los escritos de algunos de los eruditos residentes de la biblioteca.
Y es así como sabemos que el segundo rey Tolomeo comisionó, hacia el 270 a.C, a un sacerdote egipcio al que los griegos llamaron Manetón para que recopilara la historia y la prehistoria de Egipto. Al principio, escribió Manetón, sólo los dioses remaron allí; luego, los semidioses y, finalmente, hacia el 3100 a.C, comenzaron las dinastías faraónicas. Escribió que los reinados divinos comenzaron diez mil años antes del Diluvio y que se prolongaron durante miles de años, presenciándose en el último período batallas y guerras entre los dioses.

En los dominios asiáticos de Alejandro, donde el cetro cayó en manos del general Seleucos y de sus sucesores, también tuvo lugar un empeño similar por proporcionar a los sabios griegos un registro de los acontecimientos del pasado. Un sacerdote del dios babilónico Marduk, Beroso, con acceso a las bibliotecas de tablillas de arcilla, cuyo centro era la biblioteca del templo de Jarán (ahora en el sudeste de Turquía), escribió una historia de dioses y hombres en tres volúmenes que comenzaba 432.000 años antes del Diluvio, cuando los dioses llegaron a la Tierra desde los cielos. En una lista en la que figuraban los nombres y la duración de los reinados de los diez primeros comandantes, Beroso decía que el primer líder, vestido como un pez, llegó a la costa desde el mar. Era el que le daría la civilización a la Humanidad, y su nombre, pasado al griego, era Oannes.

Encajando muchos detalles, ambos sacerdotes hicieron entrega de relatos de dioses del cielo que habían venido a la Tierra, de un tiempo en que sólo los dioses reinaban en la Tierra y del catastrófico Diluvio. En los trozos y en los fragmentos conservados (en otros escritos contemporáneos) de los tres volúmenes, Beroso daba cuenta específicamente de la existencia de escritos anteriores a la Gran Inundación -tablillas de piedra que se ocultaron para salvaguardarlas en una antigua ciudad llamada Sippar, una de las ciudades originales que fundaran los antiguos dioses.

Aunque Sippar fue arrollada y arrasada por el Diluvio, al igual que el resto de las ciudades antediluvianas de los dioses, apareció una referencia a los escritos antediluvianos en los anales del rey asirio Assurbanipal (668-633 a.C). Cuando, a mediados del siglo XIX los arqueólogos descubrieron la antigua capital asiría de Nínive (hasta entonces, conocida sólo por el Antiguo Testamento), hallaron en las ruinas del palacio de Assurbanipal una biblioteca con los restos de alrededor de 25.000 tablillas de arcilla inscritas. Coleccionista asiduo de «textos antiguos», Assurbanipal hacía alarde en sus anales:

«El dios de los escribas me ha concedido el don del conocimiento de su arte; he sido iniciado en los secretos de la escritura; incluso puedo leer las intrincadas tablillas en sumerio; entiendo las palabras enigmáticas cinceladas en la piedra de los días anteriores a la Inundación».

Sabemos ahora que la civilización sumeria floreció en lo que es ahora Iraq casi un milenio antes de los inicios de la época faraónica en Egipto, y que ambas serían seguidas posteriormente por la civilización del Valle del Indo, en el subcontinente indio. También sabemos ahora que los sumerios fueron los primeros en plasmar por escrito los anales y los relatos de dioses y hombres, de los cuales todos los demás pueblos, incluidos los hebreos, obtuvieron los relatos de la Creación, de Adán y Eva, Caín y Abel, el Diluvio y la Torre de Babel; y de las guerras y los amores de los dioses, como se reflejaron en los escritos y los recuerdos de los griegos, los hititas, los cananeos, los persas y los indoeuropeos. Como atestiguan todos estos antiguos escritos, sus fuentes fueron aún más antiguas; algunas descubiertas, muchas pérdidas.

El volumen de estos primitivos escritos es asombroso; no miles, sino decenas de miles de tablillas de arcilla se han descubierto en las ruinas del Oriente Próximo de la antigüedad. Muchas tratan o registran aspectos de la vida cotidiana, como acuerdos comerciales o salarios de los trabajadores, o registros matrimoniales. Otros, descubiertos principalmente en las bibliotecas palaciegas, conforman los Anales Reales; otros más, descubiertos en las ruinas de las bibliotecas de los templos o en las escuelas de escribas, conforman un grupo de textos canónicos, de literatura sagrada, que se escribieron en lengua sumeria y se tradujeron después al acadio (la primera lengua semita) y, más tarde, a otras lenguas de la antigüedad. E, incluso, en estos escritos primitivos, que se remontan a casi seis mil años, encontramos referencias a «libros» (textos inscritos en tablillas de piedra) perdidos.

Entre los hallazgos increíbles (pues decir «afortunados» no transmitiría plenamente la idea de milagro) realizados en las ruinas de las ciudades de la antigüedad y en sus bibliotecas, se encuentran unos prismas de arcilla donde aparece información de los diez soberanos antediluvianos y de sus 432.000 años de reinado, una información a la que ya aludía Beroso. Conocidas como las Listas de los Reyes Sumerios (y exhibidas en el Museo Ashmolean de Oxford, Inglaterra), sus distintas versiones no dejan lugar a duda de que los compiladores sumerios tuvieron acceso a cierto material común o canónico de textos primitivos. Junto con otros textos, igualmente antiquísimos, descubiertos en diversos estados de conservación, estos textos sugieren rotundamente que el cronista original de la Llegada, así como de los acontecimientos que la precedieron y la siguieron, había sido uno de aquellos líderes, un participante clave, un testigo presencial.

Ese testigo presencial de los acontecimientos y participante clave en ellos era el líder que había amerizado con el primer grupo de astronautas. En aquel momento, su nombre-epíteto era E.A., «Aquel Cuyo Hogar Es Agua», y sufrió la amarga decepción de que el mando de la Misión Tierra se le diera a su hermanastro y rival EN.LIL («Señor del Mandato»), una humillación que no quedaría suficientemente mitigada con la concesión del título de EN.KI, «Señor de la Tierra».

Relegado de las ciudades de los dioses y de su espaciopuerto en el E.DIN («Edén») para supervisar la extracción de oro en el AB.ZU (África sudoriental), Ea/Enki fue, además de un gran científico, el que descubrió a los homínidos que habitaban aquellas zonas. Y, de este modo, cuando se amotinaron y dijeron «¡Ya basta!» los Anunnaki que trabajaban en las minas, fue él quien pensó que la mano de obra que necesitaban se podía conseguir adelantándose a la evolución por medio de la ingeniería genética; y así apareció el Adam (literalmente, «El de la Tierra», el Terrestre). Como híbrido que era, el Adán no podía procrear; pero los acontecimientos de los que se hace eco el relato bíblico de Adán y Eva en el Jardín del Edén dan cuenta de la segunda manipulación genética de Enki, que añadió los genes cromosómicos extras necesarios para la procreación.

Y cuando la Humanidad, al proliferar, resultó no adecuarse a lo que tenían previsto los dioses, fue él, Enki, el que desobedeció el plan de su hermano Enlil de dejar que la Humanidad pereciera en el Diluvio, unos acontecimientos en los que el héroe humano recibió el nombre de Noé en la Biblia, y Ziusudra en el texto sumerio original, más antiguo.
Ea/Enki era el primogénito de Anu, soberano de Nibiru, y como tal estaba versado en el pasado de su planeta (Nibiru) y de sus habitantes. Científico competente, Enki legó los aspectos más importantes de los avanzados conocimientos de los Anunnaki a sus dos hijos, Marduk y Nin-gishzidda (que, como dioses egipcios, eran conocidos allí como Ra y Thot respectivamente). Pero también jugó un papel fundamental al compartir con la Humanidad ciertos aspectos de tan avanzados conocimientos, enseñándoles a individuos seleccionados los «secretos de los dioses».

En al menos dos ocasiones, estos iniciados plasmaron por escrito (tal como se les indicó que hicieran) aquellas enseñanzas divinas como legado de la Humanidad. Uno de ellos, llamado Adapa, y probablemente hijo de Enki con una hembra humana, es conocido por haber escrito un libro titulado Escritos referentes al Tiempo -uno de los libros perdidos más antiguos. El otro, llamado Enmeduranki, fue con toda probabilidad el prototipo del Henoc bíblico, aquel que fue elevado al cielo después de confiar a sus hijos el libro de los secretos divinos, y del cual posiblemente haya sobrevivido una versión en el extrabíblico Libro de Henoch.

A pesar de ser el primogénito de Anu, Enki no estaba destinado a ser el sucesor de su padre en el trono de Nibiru. Unas complejas normas sucesorias, reflejo de la convulsa historia de los nibiruanos, le daba ese privilegio al hermanastro de Enki, Enlil. En un esfuerzo por resolver este agrio conflicto, Enki y Enlil terminaron en una misión en un planeta extraño -la Tierra-, cuyo oro necesitaban para crear un escudo que preservara la cada vez más tenue atmósfera de Nibiru. Fue en este marco, complicado aún más con la presencia en la Tierra de su hermanastra Ninharsag (la oficial médico jefe de los Anunnaki), donde Enki decidió desafiar los planes de Enlil de hacer que la Humanidad pereciera en el Diluvio.

El conflicto siguió adelante entre ambos hermanastros, e incluso entre sus nietos; y el hecho de que todos ellos, y especialmente los nacidos en la Tierra, se enfrentaran a la pérdida de longevidad que el amplio período orbital de Nibiru les proporcionaba incrementó aún más las angustias personales y agudizó las ambiciones. Y todo esto culminó en el último siglo del tercer milenio a.C, cuando Marduk, primogénito de Enki con su esposa oficial, proclamó que él, y no el primogénito de Enlil, Ninurta, debía heredar la Tierra. El amargo conflicto, que supuso el desarrollo de una serie de guerras, llevó al final a la utilización de armas nucleares; aunque no intencionado, el resultado de todo ello fue el hundimiento de la civilización sumeria.

La iniciación de individuos escogidos en los «secretos de los dioses» marcó los inicios del Sacerdocio, los linajes de mediadores entre los dioses y el pueblo, los transmisores de la Palabra Divina a los mortales terrestres. Los oráculos (interpretaciones de los pronunciamientos divinos) se mezclaron con la observación de los cielos en busca de augurios. Y a medida que la Humanidad se vio arrastrada a tomar parte en los conflictos de los dioses, la Profecía comenzó a jugar su papel. De hecho, la palabra para designar a estos portavoces de los dioses que proclamaban lo que iba a pasar, Nabih, era el epíteto del hijo primogénito de Marduk, Nabu, que en nombre de su padre, exiliado, intentó convencer a la Humanidad de que los signos celestes indicaban la inminente supremacía de Marduk.

Este estado de cosas llevó a la necesidad de diferenciar entre Suerte y Destino. Las promulgaciones de Enlil, y a veces incluso de Anu, que siempre habían sido incuestionables, se veían sujetas ahora al examen de la diferencia entre NAM (el Destino, como las órbitas planetarias, cuyo curso está determinado y no se puede cambiar) y NAM.TAR, literalmente, el destino que puede ser torcido, roto, cambiado (que era la Suerte o el Hado). Revisando y rememorando la secuencia de los acontecimientos, y el paralelismo aparente entre lo que había sucedido en Nibiru y lo que había ocurrido en la Tierra, Enki y Enlil comenzaron a ponderar filosóficamente lo que, ciertamente, estaba destinado y no se podía evitar, y el hado que venía como consecuencia de decisiones acertadas o equivocadas y del libre albedrío. Éstas no se podían predecir, mientras que las primeras se podían anticipar (especialmente, si eran cíclicas, como las órbitas planetarias; si lo que fue volvería a ser, si lo Primero también sería lo Último).

Las consecuencias climáticas de la desolación nuclear agudizaron el examen de conciencia entre los líderes de los Anunnaki y llevaron a la necesidad de explicar a las devastadas masas humanas por qué había ocurrido aquello. ¿Había sido cosa del destino, o había sido el resultado de un error de los Anunnaki? ¿Había algún responsable, alguien que tuviera que rendir cuentas?

En las reuniones de los Anunnaki en las vísperas de la calamidad, fue Enki el único que se opuso a la utilización de las armas prohibidas. De ahí la importancia que tuvo para Enki explicar a los supervivientes qué había sucedido en la saga de los extraterrestres que, a pesar de sus buenas intenciones, habían terminado siendo tan destructores. ¿Y quién, sino Ea/Enki, que había sido el primero en llegar y presenciarlo todo, era el más cualificado para relatar el Pasado, con el fin de poder adivinar el Futuro? Y la mejor forma de relatarlo todo era en un informe, escrito en primera persona por el mismo Enki.

Es cierto que hizo una autobiografía, por lo que se deduce de un largo texto (pues se extiende al menos en doce tablillas) descubierto en la biblioteca de Nippur, donde se cita a Enki diciendo:
Cuando llegué a la Tierra, había mucho inundado. Cuando llegué a sus verdes praderas, montículos y cerros se levantaron a mis órdenes. En un lugar puro construí mi hogar, un nombre adecuado le di.

Este largo texto continúa diciendo que Ea/Enki asignó tareas a sus lugartenientes, poniendo en marcha su Misión en la Tierra.

Esto es un extracto de uno de los libros publicados por Zecharia Sitchin cuyo título es “El Libro Perdido de ENKI”

Para los que los interesados el tema, aquí también pueden bajar el libro directo:

http://www.4shared.com/file/57047787/e71825c8/Zecharia_Sitchin_-_El_libro_perdido_de_Enki.html

sábado, 29 de mayo de 2010

UN RAYO DE LUZ -REFLEXIONES SOBRE EL 2.012-


Cuando uno se adentra en los majestuosos acantilados del norte de la isla de La Palma, tiende a ensimismarse y perderse en el interior de todo lo que a uno le rodea.

A medida que bajando el barranco uno se acerca a la mar percibe bajo sentimiento de inmensidad su olor, su humedad y el reflejo de los rayos de sol sobre la estela de espuma blanca que dejan tras de sí la olas al romper en su toma de contacto con las rocas del acantilado.

Y una sensación de atemporalidad te invade, pudiendo percibir pasado, presente y futuro y es en ese fugaz recorrido por el tiempo, donde uno siente la larguísima historia geológica escrita en sucesivos estratos rocosos. Siente, el presente en todo su marino esplendor, un prolongado verde y escarpado litoral que se apercibe entre la bruma del amanecer y que alcanza hasta donde la vista se pierde.

Allí donde se juntan cielo, mar y tierra, se reúnen también todos los interrogantes. Ante esa caprichosa formación tan cargada de pasado, asalta inevitable la pregunta sobre el futuro. Dicen las profecías que para el 2012 las olas se volverán más bravas que nunca, que asaltarán las paredes orgullosas de los acantilados, que, como en tiempos de la Atlántida, se tragarán la tierra.

No sólo los mayas, sino que otras diferentes profecías aluden a las olas gigantes que crecerán y remontarán los abismos que ahora las frenan, que el agua anegará montes, valles y poblaciones. Por si fuera poca la amenaza de las profecías, ya tenemos películas que nos ilustran ese tan mentado fin del mundo. El filme catastrofista “2012”, siembra ya por las salas de todo el globo la conciencia de la hecatombe inminente. Las películas de gran alcance enfocan, dirigen y focalizan el pensamiento colectivo.

Aquello que pensamos grupalmente, en uno u otro sentido, invita a su materialización. ¿Cuántos pensamientos de catástrofe no concitará la película de Roland Emmerich?

No sé del tamaño de las olas de mañana. Desde esa montaña de mato maravillosa cercana al pueblo de Puntagorda, sólo vi un sol abrillantando su espuma, sólo contemplé un blanco puro e inmenso cubriendo las piedras de la orilla. Después de todo, seguramente no sea tanto cuestión de un final del mundo, sino de un nuevo lienzo también en blanco.

Seguramente se trate de un nuevo paisaje que podemos pintar de nuevo, con nuestros mejores colores, con nuestros más finos pinceles. El problema no serían tanto las olas, sino nuestras manos preparadas para construir lo nuevo. No serían de temer las enormes mareas, si hemos blindado al miedo y al egoísmo los litorales de nuestro interior.

Probablemente no seamos tanto los espectadores de la catástrofe que anuncian por venir, sino los creadores de una nueva civilización a dar a luz.

¿No seremos nosotros mismos quienes graduemos el tamaño de las olas, el ímpetu de los desastres anunciados, nosotros también quienes esbocemos el paisaje antes y después del eventual azote?
¿Después de todo, de qué fin nos habla el 2012?

Puede que calle nuestro corazón, pero difícilmente la vida. Ella la vida renovaría una y otra vez bajo diferentes formas hasta la eternidad. Los tsunamis pueden anegar continentes, pueden poner fin a una civilización materialista, individualista y sin rumbo, pero la vida seguirá latiendo.

No me preocupa el horizonte arrugado, el cataclismo anunciado, sino que todos sin excepción seamos capaces de sacar a la luz, todo nuestro potencial aún no desplegado. Todo el recorrido humano es nuestro. Nos pertenece desde el principio hasta el final. El regalo más grande que nos ha sido dado es la libertad y con ella la posibilidad de crear y recrear hasta el último de nuestros días.

No sólo lo decían los mayas, además de estos cósmicos ingenieros hay otras profecías y visionarios que señalan en la misma dirección. Ahí están las profecías de los hoppi, aztecas, de Nostradamus, de Malaquías… para recordarnos no necesariamente el fin del mundo, sino de un ciclo cósmico.

Mensajes como los de Kryon, Benjamín Solari Parravicini… apuntan igualmente a un acceso a superiores niveles de conciencia colectiva en fechas próximas.

Hay una amplia colección de revelaciones sagradas, de mensajes internos, de profecías, de enseñanzas de maestros… que se refieren a un próximo despertar planetario acompañado de grandes transformaciones físicas y geológicas. Señalan una nueva etapa en nuestro camino evolutivo, no exenta eso si de un inevitable dolor de parto.
¿Finalmente, escalará el agua las paredes orgullosas, vencerán las olas a los acantilados? No sabemos si esas olas crecerán, no sabemos cuándo, menos aún cuánto. Sólo tenemos noción de los tsunamis que azotan en estos tiempos tantas costas interiores, intentando mover las estructuras mentales caducas para una conciencia nueva.

Por lo demás, para poco sirven los refugios anti catástrofes, los diques anti tsunamis…

Sólo existe la tierra segura del corazón puro.

El mundo no se acabaría, en todo caso serán las civilizaciones las que se darán paso, como continuidad de los procesos evolutivos, se darán paso unas a otras en el intento de llegar más alto, de dar un más valioso testimonio.

¿Estaremos preparados para levantar una nueva civilización, con una nueva conciencia a la altura de la sublime Creación que nos rodea, seremos por fin capaces de construir a imagen y semejanza del amor y belleza que anida en el interior de todos los seres humanos una civilización que genere un mundo donde todos seamos felices?

¿Cantarán mañana las olas de todos los litorales la gloria de una humanidad que comparte y se afana por el bien común, de un nuevo mundo por fin instaurado en paz, amor y fraternidad?

El perfil del futuro todavía está envuelto en las mismas brumas que hoy cubren la costa del norte de la Isla de la Palma, pero un rayo de sol se lanza valiente como punto de referencia y apoyo que nos dice que pase lo que pase, siempre la luz (del conocimiento) vencerá sobre la sombra (de la ignorancia).

viernes, 28 de mayo de 2010

ALERTA 2.012 - LAS TORMENTAS SOLARES PUDEN AFECTAR NUESTRO CEREBRO-

¿Qué riesgos reviste los efectos de una tormenta electromagnética sobre la actividad cerebral?

LA RESONANCIA SCHUMANN
Estamos  ante un trabajo de investigación que tiende una vez más un puente de unión entre la Ciencia y la Espiritualidad Científica, brindando una clara repuesta a este tema.

Primera parte: La interpretación Científica.
Segunda parte: La interpretación Místico-Científica.

Bien, la Resonancia Schumann, para explicarla en un lenguaje científico y moderno, es un conjunto de picos en la banda de frecuencia extra baja del espectro radioeléctrico de la Tierra.
Esto se debe a que el espacio entre la superficie terrestre y la ionosfera actúa como una guía de las ondas que a su vez recibe del sol.

De ahí que las dimensiones limitadas terrestres provoquen que esta guía de onda actúe como una cavidad resonante para las ondas electromagnéticas en la banda que les corresponde, y de ahí que dicha cavidad sea excitada en forma natural constantemente, como por ejemplo: los relámpagos, y meteoritos que penetran en la atmósfera terrestre excitando dicha cavidad, sin olvidar las manchas solares las cuales por su elevado electromagnetismo, provocan verdaderas convulsiones eléctricas en la ionosfera, y también , dado que su séptimo sobre tono se ubica aproximadamente en 60 Hz ,estos a su vez influyen las redes de transmisión eléctrica de los territorios en los que se emplea corriente alterna correspondiente a esa frecuencia.

La frecuencia más baja, y al mismo tiempo la intensidad más alta, de la resonancia de Schumann se sitúa en aproximadamente 7,83 Hz. Y estamos observando que a medida que han ido pasando los años, dicha intensidad ha ido subiendo a niveles que hoy se sitúan entre 9 Hz. y 9.5 Hz. Dependiendo las épocas ya que éstas intensidades son muy variables y los sobre tonos detectables, se extienden hasta el rango de medición expresado en kilohercios. Lo que me preocupa, es que a este paso, y a medida que el ciclo solar 24 se acerca, las variaciones de esta intensidad, trepen a 14 Hz, 16 Hz, o más, ya que la mayoría de los seres humanos no están preparados para soportar tanta carga.

Ahora bien, este fenómeno se llama así en honor a Winfried Schumann, quien predijo matemáticamente su existencia en 1952, a pesar de haber sido observada por primera vez por Nikola Tesla y formar la base de su esquema, para transmisión de energía y comunicaciones inalámbricas.

Y por último, la primera representación espectral de este fenómeno fue preparada por los científicos Balser y Wagner en 1960.

Ahora veremos cómo lo nuevo se une con lo antiguo en busca de una solución para esto que nos preocupa tanto , entonces por lo que hemos visto no es difícil deducir que la resonancia de Schumann juega una parte significativa en la armonía existente entre el campo magnético terrestre y el campo magnético humano .
Por lo cual, cualquier variación en el campo magnético de la Tierra, la cual es trasladada a la ionósfera, impacta directamente en los sistemas eléctricos biológicos de todos los seres vivos , y comienza a verse su efecto primeramente en el cerebro, posteriormente en la conducta, para terminar evidenciándose en toda la fisiología eléctrica anatómica humana y animal, hasta la vegetal.

¿Qué pasa entonces dentro nuestro cuando cambia el magnetismo?

Las células sufren cambios dramáticos en su funcionamiento, especialmente nuestro ADN cuya función es recibir y emitir fotones, luz y sonido, y esta función está destinada a cumplir con la regulación celular. ¿Comprenden? Se produce un caos eléctrico que se hace evidente en todas las conductas fisiológicas de nuestro biotipo, y las primeras evidencias se aprecian en el sistema nervioso, provocando gravísimos cambios de conducta hacia los dos extremos: absoluta violencia hacia el exterior, o lo opuesto , absoluta violencia hacia sí mismo.

Un ejemplo: dentro del acervo cultural nos encontramos con la folclórica figura del “ lunático “, recuerdan ? así llamaban a las personas que estaban de mal humor justo cuando los días estaban con luna llena, siglos y siglos de observación llevó a la cultura popular a sentenciar que cuando hay luna llena hay personas que sufren este cambio de energía y se deprimen , o sufren un muy mal humor.

Luego la ciencia convencional estudió y demostró que así como la luna tiene una gran influencia sobre las aguas , las mareas, en fin , los líquidos, también influye en la corriente sanguínea , causando trastornos bipolares, hasta problemas cardio pulmonares. La sangre es líquida, como el agua, y somos un 70 % agua. Esto nos dice entonces que HOY, hay personas no capacitadas para convivir con las pequeñas fluctuaciones de la luna, o del sol. Hagan una prueba, lean el periódico y comparen las noticias de suicidios y asesinatos y luego vean el cielo, observarán que en todo el ciclo de la luna llena aumentan el doble o el triple.

Ahora, si ante fluctuaciones cósmicas que forman parte de una armonía natural hay personas que no lo soportan y mueren, qué pasará cuando una gran frecuencia inarmónica para nuestras fisiologías, destruya el actual lenguaje magnético sobre el cual está basada la comunicación entre los seres humanos, la tierra y el sol?

Como hemos comentado otras veces, los egipcios rendían culto al sol, a la luna y las estrellas, pero no estamos hablando de gente con taparrabos que vivían en cuevas, hablo de una civilización que poseía Universidades, Hospitales, Industrias, eran Astrónomos, Psicólogos, Arquitectos etc. No había gran diferencia con nosotros, salvo que en vez de tecnología, se servían de la técnica que no contamina ni destruye el entorno biológico.

Eran sabios, y cuando los vemos en los papiros o los muros de los Templos, postrados ante el sol o la luna, o las mismas estrellas , que estarían haciendo en realidad ? Eso era parte de su religión, o había otra cosa de la cual muchos todavía no se han enterado ?

La Tradición de la Kábalah nos enseña que siempre existieron técnicas de meditación para alinear la energía y la luz de la mente , con la luz de los astros que nos rodean , ya que todo eso nutre nuestra aura toda, y es en base a la integración del Árbol de la Vida personal, que podremos pasar con bien, todas las situaciones referentes a la desestructuración de la energía planetaria que nos sobrevendrá.

La clave es entonces, no perder la integración vibratoria con el aura terrestre, solar, y lunar, tal como hacían nuestros antiguos Maestros a través de las prácticas científico-místicas, poder acompañar a toda esa metamorfosis cósmica sintiéndonos y siendo Uno con el COSMOS que nos rodea, y sin duda así lo haremos.

Quizá la clave más importante, no sea que es lo que va a suceder en el 2.012, sino la actitud con que cada ser humano va a afrontar ese momento, pues dependiendo de nuestra actitud interior, así será la experiencia que asimilemos.

Pase lo que pase en el año 2.012 (si es que pasa) seremos nosotros en último lugar quienes decidamos como vamos a vivir lo que suceda.

Año 2012, en la Universidad de México, Pronostican modificaciones abruptas a nivel Neurológico e Inmunológico. Con el objetivo de informar a la sociedad sobre los cambios que se están dando a nivel climático y las repercusiones que esto puede tener, se llevará a cabo la conferencia “2012 Fatalidad o Esperanza”, en el Complejo Cultural Universitario.

José Pedro Téllez Cuevas, quién será el encargado de dar la conferencia mencionó que hay mucha información con respecto a lo que sucederá en el 2012, “se habla del fin del mundo, de una fatalidad, sin embargo, se debe entender lo que está sucediendo, los cambios que se están dando a nivel climático, del cosmos, del planeta y del sol; modificaciones que se avecinan, entonces no es que sea el fin del mundo, sino de una etapa para dar inicio a otra”.

El ponente expresó que pareciera que en la Tierra no pasa nada, pero realmente están sucediendo cambios relevantes que son paulatinos, se piensa que en el 2012 las modificaciones serán abruptas, sobre todos a nivel neurológico e inmunológico, situación que se debe prevenir e informar a la población.

En rueda de prensa, el estudioso, puntualizó que la ignorancia es muy costosa, “lo más importante es que debemos entender y reeducarnos; la información es importante para que no nos sorprendan los cambios y los podamos aceptar de la mejor manera, ya que es parte de nuestra evolución”.

Téllez Cuevas concluyó que es necesario recalcar que la sociedad no tiene que esperar el cambio externo, “lo tenemos que hacer nosotros, la Tierra va a evolucionar con nosotros o sin nosotros, el planeta esta lo que está haciendo porque es un ser vivo y debemos aprender a respetarla, para poder vivir en conjunto con ella”.

miércoles, 26 de mayo de 2010

AÑO - 2.010 ¿CLAVE PARA EL DESPERTAR DE LA CONCIENCIA?

Otro año, otro nuevo giro de la tierra alrededor del sol. Para una gran parte de nuestra civilización que transita el año 2.010, no tiene importancia cuantos viajes realizó la tierra rodeando a su estrella o nuestro sistema solar a través de la vía láctea.

Dicho transito muchos lo hacen con nuevos deseos, propósitos, esperanzas, pero, considerando los pronósticos de los profesionales en el tema de la crisis sistémica y los fracasos de las cumbres mundiales, nos pertenece a todos un gran desafío, el confrontar con grandeza al sistema de dominio, cuya acumulación de bienes en manos de unos pocos es un crimen hacia el género humano y hacia nuestro mundo natural.

Sabemos de Imperios caídos en el transitar de la historia, sabemos de civilizaciones hedonistas, del significado de sus cenizas, no importa las formas del derrumbe, el signo siempre fue el abuso del poder, la opresión, el exceso de riqueza en manos de unos pocos, siempre fue la crisis espiritual la causa que engloba a todas las crisis.

Este desafío lo debemos continuar (pues ya lo han iniciado muchos seres independientes comprometidos con el cambio y miles de organizaciones civiles con distintas orientaciones) pero quizás de una manera más organizada entre todos, fluida y prioritaria para que el despertar sea global, nos alcance a todos y no solo a unos pocos y también debemos buscar un común denominador, algo que nos acerque a todos los seres humanos cuya acción nos una a todos los que estamos fuera del poder neoliberal, que hoy por hoy manda y domina todos los sectores de nuestra sociedad.

El ver la realidad con claridad, el no engañarnos ni engañar a los demás, el sentimiento autentico de hermandad entre todos los seres humanos, el comprender que los problemas de los demás también son los nuestros, debe ser el elemento catalizador para acelerar los cambios necesarios para entre todos hacer ese mundo mejor, más justo, donde todos tengamos las mismas oportunidades y donde volvamos a sentir a la madre tierra como algo nuestro.

Los seres humanos del mundo en el momento actual donde unos padecen las consecuencias del sistema y otros adormecen en un conformismo ciego, inducidos a un consumo en gran parte innecesario y bajo políticas sociales que conducen al aislamiento.

El poder anónimo. DE LOS QUE MANEJAN LOS HILOS DEL MUNDO, está en las manos de pocas personas y corporaciones que DICTAN las tendencias sociales en favor de sus negocios, se sirven de los políticos, manejan la publicidad y la información unidireccional vertiginosa, hasta el miedo (a través de los medios audiovisuales) es inducido para fomentar el repliegue y el individualismo (cada cual cuida su pequeño espacio y no se compromete), inclusive se fomentan algunas teorías en libros y cursos de autoayuda que mal interpretadas conducen a un exacerbado desapego y desidia.

El cambio, la fuerza, la capacidad de lucha, para ponerle solución a todo esto tiene que surgir de nosotros, los llamados “CIUDADANOS DE A PIE” o “MAYORIA SILENCIOSA”, pues despiertos y unidos, seremos grandes por el hecho de ser millones, con un solo pensamiento “UN MUNDO MEJOR PARA TODS” consiguiendo ESA “MASA CRITICA” necesaria para crear los cambios que nos llevaran una sana rebeldía a una RE-EVOLUCIÓN contra el sistema actual impuesto por unos pocos a unos muchos de seres humanos.

En la antigua Grecia el trabajo estaba en las manos de los esclavos y el ocio creativo correspondía a los hombres libres (artes serviles y artes liberales).

El trabajo es aproximación hacia las cosas, a la realidad física, el ocio implicaría llegar a las proximidades de sí mismo. Si el ser humano se funde con las cosas y no logra insertar la actividad laboral en un sistema de fines espirituales, se debilita en su ser más profundo.
Pasaron los siglos y de un modo u otro todos somos esclavos del sistema neoliberal, todos de alguna manera trabajamos para este sistema, el quiebre es tan extremo que ni siquiera existe el trabajo para millones de personas, que son arrojadas a las calles, a refugios o a los modos de vida más perversos para poder subsistir.
También en Grecia, el dedicarse a los negocios, significaba, negar el ocio creativo, (negocio, negación del ocio).
Hoy para los amos, los señores del sistema, los negocios son el fundamento del poder, y la acumulación de dinero es su común denominador.

El dinero es un bien en sí mismo, ya sea en función particular o en función del bienestar comunitario, la finalidad del dinero está dada por cada ser humano.
Su acumulación en manos del poder con la exclusiva finalidad material, conduce a que esta misma materia termina por imponer su norma, que es indiferente a la actividad del espíritu, así deshumanizados, son insensibles al daño, al dolor, a la injusticia y al sometimiento que generan a través del dinero y por el dinero.

Nuestro común denominador debe surgir de ese ocio creativo (de ese tiempo para nosotros mismos) del cual nos hemos apartado, pues hasta nuestros tiempos de descanso, relación con los demás y lo que nos rodea, son en función del trabajo.

El ocio como interiorización, meditación, el conocimiento de nosotros mismos, volver al contacto con la naturaleza, poner en nuestra escala de valores a los seres humanos por delante de las cosas, el ocio hacia un despertar de la conciencia, mirando la realidad tal cual es, sin buscar culpables, sin resentimiento, sin temor, pues ambos generan ira, y la ira, violencia.

Con un compromiso tanto individual como colectivo que tienda hacia una conciencia global, entonces ese ocio creativo se convierte en un obrar creativo.

El obrar creativo es nuestro común denominador y es un comienzo de grandeza si entendemos lo que significa obrar creativamente.

Y eso significa trabajar en la creación de un mundo mejor para todos, crear el camino que no conduzca a él, crear el camino y caminar. Decía un buen amigo mío ”NO DEBE IMPORTAROS CAMINAR DESPACIO, LO QUE DEBE IMPORTAROS ES EL NO CAMINAR”.

“CAMINAR” es la elección del hacia donde y desde donde, pues es la metáfora de la libertad y del movimiento (lo contrario a la esclavitud del sistema actual), se puede andar siendo discapacitado físico por miles de mundos, y alguien que vive viajando puede estar sedentario en dos o tres ideas fijas.

Caminar significa a qué se le da prioridad, con quién se vive la vida, de qué modo se construye el camino, a qué se le dedica el pensamiento.

Humanidad que camina, sentimiento que habla y espíritu que avanza es abrazar un obrar creativo, nuestro común denominador, la CONCIENCIA que nos une, es el primer paso de un desafío de grandeza para que este 2.010 sea el año del despertar de la conciencia a nivel global y podamos entre todos llevar a cabo LA RE-EVOLUCIÓN, que no es ni más ni menos que volver a transitar por el camino de la evolución tanto individual como colectiva.




lunes, 24 de mayo de 2010

"LA MAFIA MÉDICA" ENTREVISTA A GHISLAINE LANCTÔT

«Es el estado del alma lo que determina la salud mental»

"EL SISTEMA SANITARIO ES UNA VERDADERA MAFIA QUE CREA ENFERMEDADES Y MATA POR DINERO Y PODER"

Quien hace tal afirmación es Ghislaine Lanctôt, la polémica autora del best seller mundial “La mafia médica”. En él, esta doctora a la que se ha desposeído de su título de Medicina denuncia el actual sistema sanitario y la corrupción que hay tras el mismo, permitida y amparada por médicos y gobiernos en beneficio de las grandes empresas farmacéuticas y en detrimento de los ciudadanos. De ahí que propugne la vuelta a la soberanía individual sobre la salud como forma de acabar con esa mafia.

La polémica autora prepara el lanzamiento en España de su segundo libro ¿Qué he venido a hacer en esta tierra? (What the Hell Am I Doing Here Anyway?).

Ambos libros han sido publicados por ediciones Vesica Piscis. Desde que Ghislaine publicó su primera obra en la que pone en tela de juicio el funcionamiento del sistema médico –por ocuparse de la enfermedad, más que de la salud–, muchas conciencias han quedado inquietas. Para avivar estos temas la autora, que transmite paz y seguridad, nos ha concedido un poco de su tiempo para compartir con los lectores de Natural su filosofía de vida.

¿LA MEDICINA ES UN NEGOCIO?
La autora de La mafia médica acabó sus estudios de Medicina en 1967, una época en la que -como ella misma confiesa- estaba convencida de que la Medicina era extraordinaria y de que antes del final del siglo XX se tendría lo necesario para curar cualquier enfermedad. Sólo que esa primera ilusión fue apagándose hasta extinguirse.

¿Por qué esa decepción?
Porque empecé a ver muchas cosas que me hicieron reflexionar. Por ejemplo, que no todas las personas respondían a los maravillosos tratamientos de la medicina oficial. Además en aquella época entré en contacto con varios "terapeutas suaves" -es decir, practicantes de terapias no agresivas- que no tuvieron reparo alguno en abrirme sus consultas y dejarme ver lo que hacían. Y llegué pronto a la conclusión de que las medicinas no agresivas son más eficaces, más baratas y, encima, tienen menores efectos secundarios.

Ghislaine Saint-Pierre Lanctôt nació en 1941, su padre y su abuelo eran farmacéuticos y ella empezó la carrera de Medicina para complacerles. «Yo quería ser filósofa. Pero creía que lo de pensar no iba a aportarle nada a la gente. Pensé, voy a hacer algo útil, que beneficie a la población, y como me crié en este ambiente decidí hacer la carrera de Medicina. Al final he dejado todo eso y lo que hago ahora es lo que quería hacer desde el principio». Guislaine está divorciada y tiene cuatro hijos. «Lo que a mí me abrió los ojos –continúa la escritora– fue mi divorcio. Es lo que me despertó.

Cuando los niños estaban en casa con su padre tenía tiempo para mí, no sabía lo que era eso, me había olvidado de mí misma. Yo trabajaba pero me ocupaba mucho de la familia, para mí era la prioridad. Entonces como un fin de semana de cada dos no tenía a los niños, estaba obligada a ocuparme de mí misma y es así como empecé a evolucionar, a conocer gente y a descubrir cosas, a salir de la prisión de la familia. Después de esto, viví seis años en Estados Unidos. Yo nací en Montreal (Canadá), pero entre 1984 y 1990 estuve en Estados Unidos.

Esta experiencia me abrió los ojos sobre lo que es el negocio de la medicina porque es así como lo llaman allí, aquí en Europa y en Canadá hacen creer que es como trabajar por el bien del enfermo, que es un tema social. A la vuelta de Estados Unidos escribí La mafia médica cuya primera edición se publicó en 1994».

El colegio de médicos le hizo una demanda, el proceso duró un año y desde entonces la escritora imparte seminarios para que la gente entienda y tome conciencia de que es el estado del alma lo que determina la salud mental. «Cómo mejorar el estado de mi alma para mejorar el estado de mi cuerpo», dice Ghislaine.

Pregunta: Su visión actual de la salud es completamente distinta a cuando era médico ¿En qué momento y por qué dio usted un giro radical a su carrera?
Respuesta: A lo largo de los años empecé a ver cosas que no me parecían sensatas, que no tenían lógica, como por ejemplo seguir dando medicamentos aunque no funcionaran, aunque no se curara la persona. Yo no entendía, por ejemplo, como en un cáncer se aplicaba la quimioterapia si lo que hace es enfermar aún más a la persona que acaba por morirse de todos modos.
Cuando aparecieron las medicinas suaves pensé que eso era interesante, y yo he ido a encontrarme con personas que practicaban la medicina alternativa y entonces me di cuenta de que lo que hacían ellos era muy interesante, incluso mejor que lo que hacíamos nosotros en la medicina convencional.
Esas personas me acogieron, me mostraron lo que hacían, cómo actuaban. Y yo pensé: ¿por qué no nos han enseñado esto a los demás médicos? ¿Cómo puede ser que no lo enseñen en la facultad y que además a estas personas las tachen de charlatanes y de estafadores?
Yo me encontré con ellos y vi que eso no era cierto, no eran charlatanes. Luego mi mente fue más allá y empecé a cuestionarme cómo era posible que se tratara de charlatanes a personas a las que yo misma había visto curar y por qué se las perseguía como si fueran brujos o delincuentes. Por otra parte, como médico había participado en muchos congresos internacionales -en algunos como ponente- y me di cuenta de que todas las presentaciones y ponencias que aparecen en tales eventos están controladas y requieren obligatoriamente ser primero aceptadas por el "comité científico" organizador del congreso. ¿Y quién designa a ese comité científico? Pues generalmente quién financia el evento: la industria farmacéutica. ¡Si hoy son las multinacionales las que deciden hasta qué se enseña a los futuros médicos en las facultades y qué se publica y expone en los congresos de medicina! El control es absoluto.
Y fui dándome cuenta del control y de la manipulación a la que están sometidos los médicos -y los futuros médicos, es decir, los estudiantes- me hizo entender claramente que la Medicina es, ante todo, un negocio. La Medicina está hoy controlada por los seguros -públicos o privados, da igual- porque en cuanto alguien tiene un seguro pierde el control sobre el tipo de medicina al que accede. Ya no puede elegir. Es más, los seguros determinan incluso el precio de cada tratamiento y las terapias que se van a practicar. Y es que si miramos detrás de las compañías de seguros o de la seguridad social... encontramos lo mismo.
Así fue como me empecé a plantear cosas. Cuando acabé la carrera de Medicina yo estaba convencida de que hacia el año 2000 ya no habría más enfermedad en el mundo, tenía una confianza ciega en la medicina que me habían enseñado.
Sin embargo, yo veía que el tiempo pasaba y que la salud de las personas iba empeorando. Me percaté también de que medicamentos que no funcionan se siguen recetando, y que se practicaba una guerra en contra de las medicinas alternativas.
Además yo era flebóloga y había abierto centros de flebología en distintos lugares del país, lo que me llevó a experimentar de cerca el negocio de la medicina tradicional. Y ahí sí que entendí muchas cosas.

P: ¿Qué papel juegan para usted las medicinas alternativas?
R: Las medicinas alternativas producen un bienestar más interesante que el que proporciona la medicina convencional. La medicina convencional corta, quema y envenena. Corta con las operaciones, envenena con la quimio y envenena con los rayos. Las medicinas suaves pueden poner orden de forma temporal en el cuerpo, pero como el problema está en el alma, antes o después habrá que afrontar el problema del alma.
Es el alma quien enferma a los demás cuerpos. Por ejemplo: mi trabajo ya no me conviene, tengo náuseas por la mañana cuando pienso que tengo que ir a trabajar, entonces empieza a dolerme la espalda, las rodillas, la tripa. Puedo ir a ver a alguien que practique la medicina suave, va a ayudar a mi cuerpo, puedo tener tratamientos de técnicas energéticas que ayuden a mi cuerpo emocional y mental; pero hasta que no solucione lo que pasa con mi trabajo voy a seguir enfermando porque mi alma me dice «sal de aquí». Es interesante porque el alma entrega un mensaje cada vez más fuerte y cuando no entiendes te lanza un ladrillo a la cabeza: un accidente de coche, un divorcio, alguien que muere en la familia, una enfermedad, perder el trabajo… Algo fuerte para que tú reacciones.

P: ¿A usted le va bien esta filosofía de vida?
R: A mucha gente le funciona, no sólo a mí. No es el médico el que puede sanarme, él hace que yo enferme más y acabo muriéndome.

P: ¿Por qué en su libro se refiera al sistema sanitario como un "sistema de enfermedad".
R: He podido a lo largo de estos años sistema sanitario es en realidad un sistema de enfermedad. Se practica una medicina de la enfermedad y no de la salud. Una medicina que sólo reconoce la existencia del cuerpo físico y no tiene en cuenta ni el espíritu, ni la mente, ni las emociones. Y que además trata sólo el síntoma y no la causa del problema. Se trata de un sistema que mantiene al paciente en la ignorancia y la dependencia, y al que se estimula para que consuma fármacos de todo tipo.

P: ¿No cree que la propia sociedad demanda que el médico se ocupe del cuerpo físico y le dé una medicina para el dolor?
R: Absolutamente. La sociedad misma, nosotros somos los que creamos esta mafia a nuestra imagen y semejanza. El problema es que damos prioridad al «tener» sobre el «ser», ése es el desorden, priorizar el cuerpo en vez del alma. Para volver al orden hay que dar prioridad al alma en lugar de otorgársela al cuerpo, eso genera orden, paz y salud. Eso, en definitiva, es la salud.

P: Eso es mucho más complicado que tomarse una pastilla…
R: Cierto, pero ¿qué hace una pastilla? Te da la ilusión de que estarás mejor, pero con el tiempo reaparecen los síntomas.

P: ¿Por qué esta limitada la “Medicina Científica”
R: La medicina científica está enormemente limitada porque se basa en la física materialista de Newton: tal efecto obedece a tal causa. Y, por ende, tal síntoma precede a tal enfermedad y requiere tal tratamiento. Se trata de una medicina que además sólo reconoce lo que se ve, se toca o se mide y niega toda conexión entre las emociones, el pensamiento, la conciencia y el estado de salud del físico. Y cuando se la importuna con algún problema de ese tipo le cuelga la etiqueta de "enfermedad psicosomática" al paciente y le envía a casa tras recetarle pastillas para los nervios.

P: ¿Tiene todo esto algo que ver con la trilogía de la mentira de que habla en su libro La mafia médica?
R: Absolutamente. Hablo mucho de las vacunas en el libro y lo que yo digo a este respecto en el libro es lo que desencadenó la ira del colegio médico. Porque las vacunas no se tocan, son sagradas, puedes hablar de cualquier cosa, la industria, los medicamentos, pero cuidado con las vacunas. Porque las vacunas otorgan importantes ganancias a la industria, pero a las personas les puedes transmitir cualquier cosa. La vacuna es un medio para producir genocidios con un blanco específico.
Cuando se quiere distribuir a un pueblo o a una raza, la administran, mira lo que está ocurriendo en África. Ellos lo llaman sida, pero ¿qué significa sida? «Síndrome de Inmunodeficiencia Adquirida». Entonces es el propio sistema inmunitario que se ha debilitado, de modo que cualquier afección es mucho más grave.

P: ¿Quién está detrás de toda esta estrategia?
R: Los que mandan. Hay un gobierno mundial que tiene todos sus ministerios, para la salud es la OMS, pero también están la UNESCO, UNICEF, FAO, FMI, Banco Mundial, etc. Todos los países miembros de la ONU obedecen las órdenes del gobierno mundial.

P: Y, en su opinión, ¿por qué las autoridades políticas, médicas, mediáticas y económicas lo permiten? ¿Por qué los gobiernos no acaban con este sistema de enfermedad, costosísimo por otra parte?
R: A ese respecto tengo tres hipótesis. La primera es que quizás no saben que todo esto está pasando... pero es difícil de aceptar porque la información está a su alcance desde hace muchos años y en los últimos veinte años son ya varias las publicaciones que han denunciado la corrupción del sistema y la conspiración existente. La segunda hipótesis es que no pueden acabar con ello... pero también resulta difícil de creer porque los gobiernos tienen el suficiente poder.
Y la tercera, supongo, es que no quieren acabar con el sistema. Así que, eliminadas las otras dos hipótesis, ésa parece la más plausible. Y si un Gobierno se niega a acabar con un sistema que arruina y mata a sus ciudadanos es porque forma parte de él, porque forma parte de la mafia.

P: ¿Ve solución para esta situación?
R: Sí (risas) sino mal vamos. La solución que yo propongo en el libro es la soberanía individual. Es tomar conciencia como persona individual de que soy yo la que tiene el verdadero poder. Por ejemplo, los McDonald’s, cuando la gente deja de ir a estos restaurantes la empresa se debilita, son las multinacionales, que son todopoderosas. Si yo dejo de comprar y de dar dinero a las multinacionales ya no valen nada, no ganan dinero. Si los enfermos dejan de ir al médico, se derrumba el sistema médico, si dejo de pagar impuestos no hay gobierno. Entonces ¿dónde está el verdadero poder?, en la persona y la palabra SOBERANÍA, significa el poder último, el más alto, que siempre hemos pensado que estaba fuera y está dentro de nosotros.
Si pensamos en el poder más elevado, pensamos en Dios. Y ¿qué es Dios? Es el espíritu que crea todo el universo y esto está dentro, no fuera. La solución viene cuando yo tomo conciencia de quién soy verdaderamente y que voy a comportarme tal y como yo soy, encontraremos la salud perfecta y la inmortalidad, que es más interesante que morir ¿no?

P: Y ¿Cuál es el primer paso que debemos dar?
R: Primero empieza por tomar una decisión, que consiste en dar rienda suelta a mi alma, es mi alma quien manda y no el ego, entonces dejo de pelearme, significa escuchar lo que me dice mi alma. Por ejemplo, mi alma me dice: «deja este trabajo, ya no resuena contigo, deja de hacer eso»; pero el ego me va a decir: «No, ¿estás loca o qué?, tienes que pagar el alquiler, sostener la familia, ser buena madre o buen padre...». Esa es la guerra, entonces dejo de pelear y escucho a mi alma. Y el ego empieza a agitarse y a ponerse inquieto ¿qué va a pasarme? Quiere controlar, es su función. ¿Qué va a ser de mí? Pues no lo sé, soy yo la que va creando qué va a pasarme. ¿Me voy a pelear conmigo misma? No, voy a hacer las paces.
Algo que se puede hacer varias veces al día y que mejora automáticamente cada vez la salud es decir la verdad.
Mentimos todo el tiempo, pero incluso sin darnos cuenta, estamos tan acostumbrados a hacerlo… tenemos mentiras gordas y otras que se llaman «medias verdades», pero la mitad que falta es una mentira. Y hay otra categoría de mentiras que son por omisión. Y esto se llama un secreto.
Son cosas del día a día. Si me quedo en la mentira y siempre estoy mintiendo, poco a poco voy destruyendo mi salud. Miento porque tengo miedo, es el ego el que miente, el alma nunca miente, dice que diga la verdad. Cosas así pequeñas hacen que vaya mejorando mi salud en vez de empeorarla.
Es una cuestión de la evolución de la conciencia humana y cuando haya suficiente número de personas que sean conscientes de esto, vamos a alcanzar la masa crítica. Hay personas que darán el salto y otras que no.
Por ejemplo, toco aquí y siento un bulto en el pecho. Tengo dos posibilidades o me quedo aquí quieta y no hago nada o me voy corriendo al médico. Si voy al médico me va a decir que tengo un cáncer. En la mente está escrito «Cáncer igual a muerte». Entonces si yo he sentido miedo y he ido al médico, el doctor me ha asustado aún más y me recomienda quimioterapia. A mí eso no me agrada porque la gente que conozco que se la ha hecho se pone verde, siente náuseas, no tiene pelo y tienen un estado muy debilitado y triste. Entonces cada vez tengo más miedo, cada vez estoy más enfermo y cada vez me acerco más a la muerte.
Eso ocurre si tomo la opción del médico. En el otro caso mi cuerpo me muestra que hay un conflicto interno, el bulto en este pecho es un regalo que me hago a mí misma, no quiero quitármelo, es mi espejo el que me está indicando algo. Le voy a decir al bulto: ¿qué tienes que decirme?, háblame. Gracias por manifestarte. Te escucho, háblame de mi conflicto. Entonces yo digo a mi alma: te dejo libre. Voy a vivir y sentir el miedo a morir. De esta forma yo puedo sanar definitivamente, no una remisión temporal, una verdadera sanación.

P: Usted demostró ser muy valiente cuando escribió el libro La mafia médica que le costó la expulsión del colegio de médicos, supongo que vivió un conflicto importante. ¿Cómo se decidió a dar el paso?
R: Yo sabía que publicando este libro se acababa para mí la carrera de medicina. Yo me acuerdo de ese momento y me dije: «Si no escribo este libro, me muero». Quizás no hubiera muerto rápidamente, pero sí a nivel del alma».

P: Y por ultimo ¿Quienes forman parte de esa Mafia a la que usted hace referencia en su libro?
R: Ghislaine Lanctôt, nos hace una descripción de cómo ve ella la distribución de todos los personajes que intervienen en todo este entramado:
1.- El paciente. Es el explotado por excelencia. Cuanto más enfermo esté mayores beneficios para la industria farmacéutica. En consecuencia, hay que mantenerlo enfermo y medicado.
2.- El médico. Es el vendedor inconsciente de los productos de la industria así como su instrumento de promoción. Las autoridades le forman de tal manera que estará al servicio de sus fines al pie de la letra, sin cuestionar jamás la sacrosanta verdad que se le inculca como doctrina. Según los casos, también se le puede sobornar con privilegios económicos, jerárquicos o ambos. En cuanto al terapeuta, simplemente es declarado ilegal y se le elimina, o bien se le integra y se le controla.
3.- Los hospitales, clínicas, laboratorios y farmacias. Son los distribuidores del fabricante, sus cómplices. Para eso se les paga bien. La recompensa por su buena disposición suele ser de orden crematístico.
4.- La industria. Es el explotador. El Padrino del sistema sanitario, el Gran Dictador y beneficiario de la enfermedad. Su inmenso poder oculto hace que se le sometan todos los niveles de "autoridades", ya sean del gobierno, médicas o mediáticas. Después de todo, es la industria la que concede el acceso al poder y la notoriedad. Lo que se pide, en contrapartida, es que nadie muerda la mano que le da de comer. Su lema es "Cuantos más pacientes enfermos, con mayor frecuencia y durante más tiempo, más rentabilidad". Todo vale para conseguirlo.
5.- Las autoridades. Son el usurpador. Han creado las instituciones y las leyes para apropiarse y desposeer al paciente de sus legítimos derechos sobre su salud. Para no despertar sospechas las autoridades se ocultan tras un biombo: el Gobierno. Las instituciones y los seguros se sitúan bajo su control directo o indirecto. Lo elegimos y financiamos nosotros pero nos traiciona vendiéndonos a la industria. En realidad, el gobierno y sus organismos ("las autoridades") son generalmente asalariados de la industria.
6.- La mafia de las mafias. El poder establecido no es sólo nacional. Por encima del sistema sanitario de cada país hay un sistema sanitario mundial, la Organización Mundial de la Salud (OMS), que dicta la política sanitaria global a seguir por todos los gobiernos del planeta.

«Es el estado del alma lo que determina la salud mental»

Fuente:http://www.revistanatural.com/articulo.asp?id=745

viernes, 21 de mayo de 2010

BUSQUEMOS COMO GANAR TODOS (TENDER PUENTES)

Si miramos el mundo como un todo, nos damos cuenta de que casi nada funciona como es debido. La Tierra está enferma. Y como, por ser humanos, también somos Tierra —hombre viene de humus—, nos sentimos asimismo en cierta manera enfermos.

Parece evidente que no podemos proseguir en ese rumbo, pues nos llevaría a un abismo. Hemos sido tan insensatos en las últimas generaciones que hemos construido el principio de autodestrucción, al que hay que sumar el calentamiento global irreversible.

Esto no es una fantasía de Hollywood. Entre aterrados y perplejos, nos preguntamos: ¿cómo hemos llegado a esto? ¿Cómo vamos a escapar de esta situación global sin salida? ¿Qué colaboración puede aportar cada persona?

En primer lugar, hay que entender cuál es el eje estructurador de la sociedad-mundo, principal responsable de este peligroso itinerario. Es el tipo de economía que hemos inventado, con la cultura que la acompaña, que es de acumulación privada, de consumismo no solidario al precio de saquear la naturaleza. Todo se ha hecho mercancía para el intercambio competitivo.

Dentro de esta dinámica sólo el más fuerte gana. Los otros pierden, o se agregan como socios subalternos o desaparecen.

El resultado de esta lógica de competición de todos contra todos y de la falta de cooperación es la transferencia fantástica de riqueza para unos pocos fuertes, los grandes consorcios, al precio del empobrecimiento general.

Hay que reconocer que durante siglos, este intercambio competitivo ha conseguido abrigar a todos, mal que bien, bajo su paraguas. Creó mil facilidades para la existencia humana. Pero hoy, las posibilidades de este tipo de economía están agotándose como lo ha puesto en evidencia la crisis económico-financiera de 2008.

La gran mayoría de los países y de las personas se encuentran excluidas. Brasil mismo no pasa de ser un socio subalterno de los grandes, para el cual se reserva la función de ser un exportador de materias primas y no un productor de innovaciones tecnológicas que le darían los medios de moldear su propio futuro. Todavía no nos hemos descolonizado totalmente.

O cambiamos o la Tierra corre peligro. ¿Dónde buscar el principio articulador de otra forma de vivir juntos, de un sueño nuevo hacia delante? En momentos de crisis total y estructural debemos consultar la fuente originaria de todo: la naturaleza. Ella nos enseña lo que las ciencias de la Tierra y de la vida hace mucho nos están diciendo: la ley básica del universo no es la competición, que divide y excluye, sino la cooperación, que suma e incluye.

Todas las energías, todos los elementos, todos los seres vivos, desde las bacterias a los seres más complejos son interdependientes. Una urdimbre de conexiones los envuelve por todas partes, haciéndolos seres cooperativos y solidarios, contenido mayor del proyecto socialista. Gracias a esta urdimbre hemos llegado hasta aquí y podemos tener futuro por delante.

Aceptado este dato, estamos en condición de formular una salida para nuestras sociedades. Hay que hacer de la cooperación, conscientemente, un proyecto personal y colectivo, cosa que no se vio en Copenhague en la COP-15 sobre el clima.

En vez del intercambio competitivo donde sólo uno gana y los demás pierden, debemos fortalecer el intercambio complementario y cooperativo, el gran ideal del «bien vivir» (sumak kawsay) de los andinos, mediante el cual todos ganan porque todos participan.

Hay que asumir lo que la mente brillante del Nóbel de matemáticas John Nesh formuló: el principio gana-gana, por el cual todos, dialogando y cediendo, salen beneficiados sin que haya perdedores.
Para convivir humanamente inventamos la economía, la política, la cultura, la ética y la religión. Pero hemos desnaturalizado estas realidades «sagradas» envenenándolas con la competición y el individualismo, desgarrando así el tejido social.

La nueva conciencia social y la nueva racionalidad necesaria para conseguir un mundo mejor, más justo y más solidario están fundadas en la cooperación, en tender puentes a los demás, en relacionarnos en lo que nos une no en lo que nos separa, en el sentimiento profundo de pertenencia, de familiaridad, de hospitalidad y de hermandad con todos los seres. Si no realizamos esta conversión, preparémonos para lo peor.